Hoy se cumplen cinco días de su desaparición

Intensa búsqueda de religiosa

Monja intentó agarrarse a unas ramas, pero no sabía nadar

Tres Rosales de Sarapiquí. - La peregrinación que la religiosa Gladys Lucía Lacayo Mendiola, de 29 años, mantuvo por el mundo, la llevó, incluso, a conocer a Su Santidad Juan Pablo II en el 2002, afirmaron ayer allegados a la monja, que no pierden la esperanza de que hoy logren dar con su paradero.

Conocida en la Orden del Sagrado Corazón de Jesús en Managua como "María de Cristo de la Preciosa Sangre", visitó varios países, entre ellos, Francia, Italia, Alemania y el poblado de Sittard en Holanda, donde vivió durante tres años.

Nació y creció junto a sus otros cuatro hermanos en el reparto Bello Amanecer, poblado rural situado a 14 kilómetros del centro de Managua, caracterizado por sus pequeñas fincas agrícolas.

Según comentó su hermana Flor Lacayo, Gladys Lucía siempre demostró, desde que era una niña, su apego y devoción a la Iglesia, al punto de que siempre participaba en las actividades relacionadas con el clero.

Ese fervor de Gladys Lucía se debió, en gran medida, a que asistió al colegio religioso Roberto Llorente de Fe y Alegría, donde estudió durante 10 años.

Luego, por el interés que mostró, finalizó sus estudios superiores en la congregación, donde se destacó por su conducta, responsabilidad y buenas notas.

Madre enferma

Amante de la lectura, la meditación y, en los últimos años, de las manualidades, la religiosa había llegado al país para convencer a su hermana Flor de que adelantara a octubre el viaje programado para diciembre, ya que el padecimiento cardíaco de su madre había empeorado mucho.

Gladys Lucía había obtenido un permiso temporal de varios meses para visitar Sarapiquí, con el fin de convencer a su hermana y dedicarle mayor atención al cuido de la salud de su madre.

Era la segunda vez en este año que visitaba nuestro país. La primera había sido a mediados del pasado mes de febrero.

Hace tres semanas había llegado hasta el poblado de Tres Rosales de Sarapiquí, luego de haber viajado alrededor de 14 horas en autobús.

La desgracia le llegó cuando, el pasado sábado, pretendía llegar por medio de un andarivel hasta el asentamiento La Chiripa, al otro extremo del río Sarapiquí.

Tras solicitar la ayuda de un vecino, la religiosa perdió el equilibrio y cayó al río, que la arrastró corriente abajo, luego de que no pudo sostenerse de unas ramas de satacaballo.

Ayer, las patrullas de búsqueda recorrieron cerca de 45 kilómetros, río abajo, hasta la localidad de Trinidad, pero no fue posible localizarla, pues el agua estaba muy turbia.