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 Nacionales Jueves 06 de abril, 2006, San José, Costa Rica.
 

Para la justicia, el caso prescribió en 1998

Masacre de Alajuelita viva e impune, 20 años después

Familiares de víctimas están marcados por tragedia y quieren saber quién las mató

Erick Carvajal M.
Silvia Alvarado


Alajuelita. - Para Rosario Zamora y Carlos Salas, el 6 de abril es la fecha más triste de sus vidas. Hoy hace 20 años, las balas de una subametralladora M-3, acabaron con la vida de sus hijas y esposa, en una finca, cerca de la La Cruz de Alajuelita.

Ella perdió a Alejandra, de 13 años, Carla María, de 11, y María Eugenia Sandí Zamora, de solo cuatro años. Y él se quedó sin su esposa, María Eugenia Zamora Martínez, de 41, y sus hijas María Gabriela, de 16 años, María Auxiliadora, de 11, y Carla Virginia Salas Zamora, de nueve años.

"La gente podrá decir: 'Pero si ya pasaron 20 años, ¿por qué no lo olvidan?', pero no se puede; eso nunca se supera", dijo Salas ayer.

El múltiple crimen, que estremeció al país aquel Domingo de Ramos, 6 de abril de 1986, sigue en el misterio.

El caso prescribió en enero de 1998, cuando entró a regir el nuevo Código Procesal Penal.

Para la Policía Judicial, en ese momento fueron cuatro hombres los supuestos responsables del crimen: Álvaro Chinchilla Vásquez, alias "Viruta", Arnoldo Mora Quesada, alias "Galleta", Carlos Luis Monge Sandí, conocido como "Tres Pelos", y Arnoldo Mora Portilla, alias "Arnoldillo".

Los dos primeros fueron asesinados en plena investigación y un fallo del Tribunal de Casación, el 10 de junio de 1992, absolvió a "Tres Pelos" y a "Arnoldillo", y ordenó su excarcelación.

Los cuerpos de las siete mujeres fueron encontrados en una finca, en la callejuela La Granadilla, la cual era uno de los caminos de ascenso a La Cruz.

Según la policía, dos cuerpos se hallaban en la raíz de una mata de plátano, y los otros cinco estaban en un hueco de tierra. Parecía que estaban dormidas.

Zamora sigue pensando que el crimen obedeció a una venganza, ya que sus chiquitas también eran hijas de "Macho Rapso", un reconocido criminal de esos años.

Ella aún espera justicia.

 

"Mejor me hubieran matado a mí"

Rosario Zamora, madre de tres víctimas: La angustia y el dolor aún desgarran su corazón

Sylvia Alvarado Marenco

Cada 6 de abril, desde hace 20 años, doña Rosario Zamora va al cementerio Metropolitano, en Pavas, a visitar la tumba de sus tres hijas, Alejandra (13) Carla María (11) y María Eugenia (4), la pequeña Lulú, como le decían por sus colochos.

"El lunes, una vecina me agarró y me dijo: 'Rosa, están muertas todas'. Yo le pegué. De ahí no sé más. Dicen que gritaba, que me iban a llevar al Psiquiátrico. Aún hoy, cuando caigo en la realidad de que eso me pasó a mí, quiero como morirme".

"Mi vida cambió demasiado. Sigo con terapia. Me señalan en la calle y el trabajo. Le puedo estar contando esto, pero todavía siento como si a mí no me hubiera pasado. Es terrible, mejor me hubieran matado a mí".

¿Cómo ha hecho para seguir viviendo?

Solo Dios sabe. Pasé siete años sin aceptar su muerte. Pasaba encerrada en la casa con las cortinas cerradas o salía a vagar sin rumbo. Me soñaba con ellas, las esperaba todos los días. Subí a la cruz varias veces con los investigadores, pero tuve que ver un video aficionado en que se veían mis chiquillas por última vez, bajando de la cruz, y fotos de lo ocurrido, para gritar como una loca y poner los pies en la tierra. ¿Qué otra cosa, peor que esa, podría haberme pasado?

¿Iban felices a la cruz?

Días antes, mi hermana Marta me dijo que fuéramos. Yo no quería, pues no me habían pagado, pero ella me dijo que me prestaba la plata y era cuestión de preparar unos huevos y frijoles majados. Ella quería pagar una promesa, pero ni a mí, ni a nadie, le contó cuál era. El mismo domingo, vinieron mis sobrinas por nosotras, hasta traían los pases.

¿Qué recuerda de ese día?

Nos alistamos. Alejandra hizo unas empanadas para desayunar. Carla tenía los zapatos destapados y fue donde un vecino zapatero para que se los arreglara, "porque íbamos a ir a pasear".

¿Por qué no subió con ellas?

Yo quería, pero me quedé "botada" con una sobrina, pues estaba cansada y me dolían los pies porque no andaba tenis. Mi hija Alejandra se iba a quedar conmigo, pero una sobrina la convenció de seguir y, entonces, mi chiquita se volvió y me dijo: "Mami, ¿qué?, ¿voy?". Yo le dije que sí. Eso fue lo último que hablamos.

¿Y se sentaron a esperarlas?

Nos sentamos cerca de una piedra. Había una tienda de campaña con cinco hombres. Al rato seguimos subiendo, pero no las alcanzamos. En el camino, vi a tres muchachos, después supe que eran "Arnoldillo", "Galleta" y "Viruta". A "Tres Pelos" no lo vi. "Arnoldillo" estaba agachado, fumando, y recuerdo que le pregunté cuánto faltaba para llegar a la cruz. Más arriba, nos sentamos con unas señoras a esperar. Como a las 3:30 de la tarde, mi sobrina y yo nos pusimos a llorar, pues no bajaban.

¿No las vio nunca más?

La gente bajaba y, en un momento, volvimos a ver para arriba y nos alegramos porque las vimos, a lo lejos, dónde venían, pero, en cuestión de segundos, no las vimos más y entonces empezamos a buscarlas, pero nada.

¿Y qué pasó?

Oí como un golpe, pensé que era un palo que se había caído. Le pregunté a varios que venían bajando, si las habían visto, pero decían que corriéramos, pues estaban disparando, y entonces todos salimos corriendo. Como a las 5:30 de la tarde, salimos y buscamos ayuda. Ahí empezó la locura. Me bajó una hemorragia del susto. Subíamos y bajábamos de la cruz, quería como abrir la tierra...

¿Cuándo se enteró?

Me dieron algo para dormir y me llevaron a donde una vecina. El lunes, mi sobrina pegaba gritos, yo preguntaba qué había pasado, porque acababa de ver a las chiquitas y a mi hermana en el cuarto, pero mi vecina me agarró y me dijo: "Están muertas todas". Yo le pegué. Casi me vuelvo loca.

¿Aún cree que fue una venganza por ser hijas de "Macho Rapso"?

Sí. "Tres Pelos", "Galleta", "Viruta" y "Arnoldillo" sí estuvieron ahí, pero que falta gente, falta gente. Les agradezco a los investigadores que hasta lloraron conmigo, pero no me convencerán de que fue el psicópata. Yo sé que hay un Dios que hará justicia.

¿Y no se enojó con Dios después de eso?

Hasta dejé de creer en Él, pero, cuando aterricé, comprendí que Dios es el único que me tiene aquí, con dos hijos que amo.

¿Nunca volvió a la cruz?

Viera que sí. He ido varias veces y lloro mucho. En la casa no, para no hacerles daño a mis otros dos hijos. La gente me dice que han pasado muchos años, que le pida a Dios para dejar de sufrir, pero ¿cómo hago? ¡Eran mis hijas, me hacen mucha falta!

 

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Doña Rosario trabaja hace 10 años como policía en Hatillo. Aún sigue soñando con sus hijas... y sufre, pero sus dos hijos varones le dan fuerzas para seguir viviendo.
José Rivera

El horror, como si fuese ayer

Esposo y padre de cuatro víctimas no olvida

Sylvia Alvarado Marenco

"Cuando me iba acercando, dos cruzrojistas me preguntaron si quería ver aquello. '¿Cómo no voy a ver, si son mis hijas?', les dije. Me dieron una pastilla y me acerqué. Duré como 10 minutos viéndolas. Estaban acostadas, con los zapatos puestos, las cadenas, la bolsa del almuerzo... pero con un tiro en la cabeza. Me descompuse y de ahí me sacaron...".

No quisiera morirme sin saber quién las mató, pero, si los descubren ahora... para lo que me hacen falta a mí de años, no sé si haría una tontera".

Don Carlos Salas recuerda, como si fuese ayer, la masacre de su esposa, sus tres hijas y tres sobrinas, perpetrada, hoy hace 20 años, en un solitario sector, camino hacia la Cruz de Alajuelita.

Al Día lo entrevistó ayer mientras coordinaba una misa de recordación para las siete víctimas hoy.

Todas muertas

A don Carlos aún le retumban las palabras de Teodorico Retana, dueño de la finca en que aparecieron los cuerpos: "Esas mujeres que andan buscando, están en la finca mía, todas muertas".

"Para mí, todos los días son como ese Domingo de Ramos. Uno piensa lo mismo, sufre lo mismo... A veces lloro cuando no puedo dormirme o estoy solo, y me pongo a recordar.

"El viernes, dos días antes de que murieran, las vi por última vez. Yo era chofer del ministro de Vivienda, Vidal Quirós, y ese día íbamos de gira con el presidente Monge, para San Vito.

"Mi esposa me dijo que le dejara ¢1.500 para ir a La Cruz, y las chiquillas me pidieron que les trajera unas muñecas repollo y unos patines de la frontera. Yo les contesté: '¿Pero con qué plata les voy a traer de todo, si apenas llevo los viáticos?'.

"Vea usted lo que es la vida: el Ministro se vino con el Presidente en avioneta y pude hacer las compras. Traía más de la cuenta. Hasta tuve chance de traerles las muñecas, ahí las tengo guardadas.

"Cuando volví, el domingo en la noche, con las bolsas, mi hija mayor me dijo que se habían perdido. Nos fuimos a buscarlas hasta que, al día siguiente, el viejito las halló.

"Para mí, eso fue una venganza, pero nunca he creído que fueron 'Tres pelos', 'Arnoldillo', 'Galleta' y 'Viruta', ni el psicópata. Creo que los investigadores no estaban preparados para un caso así, y no pudieron encontrar a los verdaderos culpables.

"¿Que quiénes son? Por dicha, me agarré de Dios, porque, con tantos nombres que me han dicho, ya habría matado a un montón de gente. 'Macho Rapso' (padre de otras tres niñas) me juró que se encargaría de hacer justicia, y 'Tres pelos' me juró que ellos no fueron.

"Eso que yo viví es una cosa de locos. Me sumí en el alcohol, pasaba encerrado en la casa. Imagínese que me incapacitaron para siempre, a los 48 años.

"Con Dios no me enojé, porque es el único que me sostiene. Hoy valoro más a mi familia, soy feliz con mis nietos, pero resignarme o pensar en olvidar... nunca".

 

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Como hace 20 años, don Carlos Salas sigue sufriendo por el asesinato, a sangre fría, de su esposa, Marta Zamora, sus hijas María Gabriela, María Auxiliadora y Carla, y 3 sobrinas.
José Rivera

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"Se cometieron muchos errores"

Gerardo Láscarez, exsubdirector del OIJ

Erick Carvajal Mora

Guadalupe. - Carlos Láscarez, exsubdirector del OIJ, está convencido de que en el caso de la masacre de Alajuelita se cometieron muchos errores a nivel policial.

"Incluso, los cometí yo, que en ese momento era el jefe de Homicidios", comentó Láscarez.

Según el funcionario, no estaban preparados para enfrentar un escenario como el que se toparon en aquella finca.

El exsubdirector del OIJ indicó que ninguno de los cuatro acusados por la policía fueron los responsables de la masacre. "Ellos no tenían la capacidad para cometer un crimen de ese calibre. Dos días después del asesinato, me encontré a 'Tres Pelos' comprándole ropa a una niña en el Mercado Central de San José", dijo el exjefe policial.

Además, las pruebas de balística nunca se podían acreditar a una subametralladora que la policía nunca pudo encontrar.

Asesino era militar

Láscarez apunta a un hombre, exguerrillero de la "contra" nicaragüense, que trabajó en la Policía Metropolitana de San José, y a quien señalan como el "psicópata", que mató a 19 personas, entre 1986 y 1996.

Según Láscarez, la escena es propia de un asesino con formación militar. Primero, por la posición de los cuerpos y, luego ,por los disparos en la cabeza.

Además, tras este asesinato, siguieron ocurriendo los demás crímenes atribuidos al "psicópata", en los cuales utilizó una subametralladora M-3.

"El asesino cometía los crímenes para decirnos que teníamos a los hombres equivocados. Incluso, dejaba los casquillos de la subametralladora M-3 en la escena", comentó el exjefe policial.

Los sospechosos

Foto Flotante: 1227820

José Monge.

Edad: 39 años.

Absuelto.

Foto Flotante: 1227818

Arnoldo Mora.

Edad: 26 años.

No fue a juicio.

Foto Flotante: 1227819

Luis Mora.

Edad: 37 años.

Absuelto.

Foto Flotante: 1227817

Álvaro Chinchilla.

Edad: 21 años.

No fue a juicio.

 

Las víctimas

Foto Flotante: 1227564

María Salas Zamora.

Edad: 11 años

Foto Flotante: 1227629

María Eugenia Sandí.

Edad: 4 años.

Foto Flotante: 1227557

Gabriela Salas Zamora.

Edad: 16 años

Foto Flotante: 1227560

María Eugenia Zamora.

Edad: 41 años

Foto Flotante: 1227633

Alejandra Sandí.

Edad: 13 años

Foto Flotante: 1227631

Carla Sandí.

Edad: 11 años

Carla Zamora Salas (sin fotografía)

Edad: 9 años.

 

Foto: 1227524
El jueves 10 de abril de 1986 fueron sepultadas, en Pavas, las mujeres asesinadas en La Cruz de Alajuelita.
Archivo

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