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 Nacionales Sábado 08 de abril, 2006, San José, Costa Rica.
 

Errores procesales y de investigación lo dejan en el misterio

Impunidad para siempre

20 años después, OIJ y Fiscalía aseguran que nada podría reabrir caso de Alajuelita

Sylvia Alvarado Marenco

Además:

  • "OIJ investigó lo mejor que pudo"
  • "Nosotros aclaramos el caso"
  • Así habrían sucedido los hechos...
  • Puntos clave
  • Y entonces, ¿quién mató a las 7 mujeres?
  • Aún si la única persona que fue imputada y queda con vida confesara, el OIJ hallara el arma o se detuviera a un nuevo posible asesino de las siete mujeres en Alajuelita, sería imposible reactivar el caso.

    "El hecho es imposible de reactivar. Puede comentarse a nivel histórico, pero jurídicamente no hay forma de investigar más", aclaró ayer Jorge Chavarría, Fiscal General a.i. del Ministerio Público, y quien fungió como fiscal en el primer juicio del caso.

    Chavarría explicó que ni aún cuando la única persona que fue imputada en aquel momento y que aún permanece con vida, renunciara a la prescripción y confesara el hecho, podría volver a los Tribunales porque ya fue absuelto y nadie puede ser juzgado dos veces por los mismos hechos.

    Jorge Rojas, director del OIJ, explicó que por más que apareciera el arma o "nueva evidencia, nada podría hacerse porque cuando la causa prescribió; prescribió".

    Una vez prescrito un caso, como ocurrió con éste en 1998, cuando entró a regir el nuevo Código Procesal Penal, no hay nada que lo reabra.

    En la peor masacre en la historia del país, ocurrida el 6 de abril de 1986, perdieron la vida Marta Zamora Martínez, de 41 años, sus hijas María Gabriela, María Auxiliadora y Carla Virginia Salas Zamora, de 16, 11 y 9 años.

    También sus sobrinas Carla, de 11 años, Alejandra, de 13, y María Eugenia Sandí Zamora, de cuatro, quienes eran hijas de Luis Roberto Sandí, "Macho Rapso".

    Una serie de errores en la investigación y trámite judicial llevó a la Sala Tercera a anular la última sentencia, en 1992, por problemas de "fundamentación".

    La descalificación, al parecer errónea, de varios testimonios de descargo, hecha por los jueces en el debate oral, el haber inculpado a "Arnoldillo" por haber pasado a recoger la supuesta arma usada el día de los hechos, cuando testimonios y la misma acusación aseguraban que fue "Tres Pelos" quien las llevó son parte de las incongruencias.

    Resultaron absueltos los imputados Arnoldo Mora Portilla, "Arnoldillo" y José Luis Monge Sandí, "Tres Pelos". Como sospechosos del crimen, también aparecían Arnoldo Mora Quesada, "Galleta" y Álvaro Chinchilla Vásquez, "Viruta", pero éstos fallecieron durante la investigación. A Monge, quien permaneció cinco años en prisión, lo mataron a balazos el 28 febrero de 1995. "Arnoldillo" es el único que queda con vida.

    La Sala anuló las condenas de 19 años de prisión por una violación agravada y robo agravado (de la supuesta arma utilizada) a "Arnoldillo" y de 195 años, adecuados a 25, por 2 violaciones agravadas y coautoría en siete homicidios calificados, a Monge.

    Jalón de orejas

    Tras dos juicios y dos condenas, la Sala Tercera incluso llamó "la atención a los funcionarios judiciales que intervinieron".

    En el fallo del 10 de junio de 1992, la Sala indicó: "Los hechos a los que se refiere el presente asunto revisten suma gravedad. Sin embargo, llama la atención a la Sala las deficiencias con que se ha investigado y tramitado este proceso, que obligan a decretar, por segunda vez, una nulidad de la sentencia. Cualquier investigación debe consignarse en el expediente, de modo que los Tribunales a quienes toca resolver, cuenten con los elementos de juicio para sustentar su decisión.

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    "Tres Pelos" y "Arnoldillo" (sentados) fueron dos veces a juicio, pero la Sala Tercera los absolvió. Archivo

    "OIJ investigó lo mejor que pudo"

    Jorge Rojas

    Director del OIJ

    ¿Cómo valora este caso?

    Es el de mayor impacto e importancia que ha tenido el país.

    ¿Le duele que no se haya resuelto?

    Que me duela no, porque cuando se somete un caso a valoración de los Tribunales, escapa de las manos policiales. Uno quisiera que no hubiera fallado el sistema, pero así es como adquieren madurez las instituciones. Las policías más desarrolladas del mundo tienen más de 100 años; en 1986 el OIJ tenía 10, con menos experiencia y rigor científico. Hizo la mejor investigación que pudo y hasta produjo condenas. Pareciera que el tema fue más a nivel de Tribunales. Es de esperar que ahora se den menos fallas e incongruencias de las que señaló la Sala.

    ¿Se siente con la conciencia tranquila sabiendo que ese crimen quedó impune?

    Cuando hay responsables de un crimen en la impunidad nadie se puede sentir tranquilo. En lo personal, hace 20 años estaba en otras labores. Ahora, como jerarca, quisiera que eso nunca se hubiera dado, pero, aunque cueste creerlo, siempre hay casos que quedan así. Por más que duela, si el caso no se puede resolver porque no hay claridad en la prueba, es mejor que alguien quede sin castigo a que se envíe un inocente a la cárcel.

    Foto: 1229050

    "Nosotros aclaramos el caso"

    Jorge Chavarría

    Fiscal General a.i. Ministerio Público y fiscal en parte del caso.

    ¿Cómo valora el caso?

    El Ministerio Público y yo nunca dejamos de pensar que se sometió a juicio a quienes se consideraba responsables, así lo sostuvimos ante la Sala. Mantengo eso.

    ¿Le duele que no se resolvió?

    Es que ya ese es un análisis técnico. La manera en que uno, o el Tribunal que juzga, aprecia la pueba no siempre es la misma que aprecia la Sala Tercera o la Cuarta. Nosotros aclaramos el caso. El crimen quedó impune aún cuando haya sido juzgado. Uno, como fiscal, tiene una perspectiva técnica, no emocional, como la de las víctimas. Uno lleva el caso como propio, pero lo siente como ajeno y una vez resueltos los recursos no queda más que la resignación.

    ¿Se siente con la conciencia tranquila sabiendo que quedó impune?

    Es que la responsabilidad de que quedara como quedó no es nuestra. Desde el punto de vista jurídico, en cuanto al rol que asumimos en el momento, y de certeza personal, nosotros expresamos nuestra manera de pensar y el resultado del caso no es atribuible a alguna falla nuestra sino a una interpretación de un Tribunal.

    ¿Aún cuando la Sala Tercera indicó graves deficiencias en la investigación?

    Ese juicio va más dirigido al Tribunal, porque en ese momento la investigación era responsabilidad de un Juez de Instrucción y no de la Fiscalía, como ahora. La Sala no ataca la prueba, lo que ataca es el razonamiento de los jueces.

    Foto: 1229264

    Así habrían sucedido los hechos...

    Por falta de fundamentación, la Sala Tercera anuló la sentencia en que el Tribunal Tercero Penal tuvo por probado que el 6 de abril de 1986, los hechos habrían ocurrido así:

    "Los imputados empezaron a caminar hacia la cruz, buscando un lugar par probar el arma. Mientras, Mora Portilla "Arnoldillo" y Monge Sandí "Tres Pelos" y sus acompañantes ingirieron licor y fumaron cigarrillos de marihuana, excepto "Tres Pelos", que no es adicto a esa droga".

    Tras el arma

    Por informes confidenciales, 4 días después, se allanó la casa en que se guardaba el arma. Ya la habían vendido, pero decomisaron balas.

    "Una vez concluidos los actos religiosos, las siete ofendidas realizaron su regreso. Unos 4 kms. antes de El Llano, cuando caminaban en un sector quebrado, por una calle de tierra, propiamente frente a la propiedad de Teodorico Retana, fueron interceptadas por "Arnoldillo", "Tres Pelos", Arnoldo Mora Quesada, "Galleta" y Álvaro Chinchilla Vásquez, "Viruta", quienes se disponían a probar el arma.

    Al observar que las ofendidas venían bajando por un camino de tierra, en fila india, se les acercaron y las rodearon".

    "Paren, soy un sandinista"

    "Galleta" que portaba la sub-ametralladora M3, encañonó a todas diciéndoles: "deténganse o las mato; soy un sandinista".

    "Tres Pelos" y "Arnoldillo" sacaron de entre sus ropas cuchillos, las amenazaron para mantenerlas en grupo, vigilándolas para que no se escaparan.

    "Teniéndolas a todas en grupo e indefensas, 'Arnoldillo', por instrucciones de los otros tres y empuñando el arma punzocortante que portaba, separó a (...), unos cinco metros del grupo de mujeres, la obligó a acostarse en el suelo, la despojó de sus ropas, suplicándole ésta que no le cause daño, pero el imputado sin importarle sus ruegos, la inmoviliza pese a los esfuerzos que hizo ésta por liberarse y la viola.

    Mientras la violaba, los otros tres obligaron a las demás mujeres a sentarse en el suelo, cerca de unos matorrales, procediendo "Viruta" a acariciar a otra menor, momento en que las ofendidas le imploran a los imputados que no les hagan daño y que ellas no los denunciarían, pero los imputados no les prestan atención, por lo cual una de las ofendidas les manifiesta que ella los conoce.

    Tras el abuso, "Arnoldillo" se retira de la escena. Posteriormente, "Tres Pelos", con los otros dos procedió a trasladar a las ofendidas de la calle de piedra, obligándolas a pasar por un portillo de alambre para internarlas, unos 30 metros, en la finca de Retana.

    Adentro, y ocultándose, agruparon a las mujeres y aprovechando su estado de indefensión, procede "Tres Pelos" a violar a las dos menores (...). En la ejecución del acto sexual, se le desprende a "Tres Pelos" un vello púbico que le queda a la ofendida en la mano derecha.

    "Luego, aprovechando aún más el estado de desprotección, y por tenerlas amenazadas con la subametralladora y el puñal, también abusó de (...).

    "Tres Pelos", "Galleta" y "Viruta", las obligan luego a que se vistan nuevamente y una vez teniéndolas agrupadas, proceden a dispararles, sin poder determinar el orden en que las hieren.

    Al empezar a disparar, el grupo se disgrega, quedando dos mujeres en un grupo y, a cinco metros, las otras cinco.

    Acomodaron la escena

    Tras darles muerte, "Tres Pelos", "Galleta" y "Viruta", procedieron a acomodarlas, por cuanto los puntos de impacto de las balas no coinciden con la posición que tienen la mayoría de ellas.

    Para obstaculizar las investigaciones, colocaron un mantel sobre tres de las víctimas y una bolsa de manigueta que contenía una olla de aluminio atravesada por una bala, sin que la bolsa mostrara la misma perforación.

    Abandonan la escena. Esa noche, a las 18:30 p.m., mientras se daba parte de la desaparición de las mujeres, "Tres Pelos" fue a devolver el arma donde Carlos Torres, quien la guardaba. Dos días después, la vendieron".

    Foto: 1228780
    Oficiales de Inspecciones Oculares del OIJ, demarcan el camino por el que, tras la misa en la cruz, bajaron las siete mujeres, cuando fueron interceptadas por los asesinos.
    Fotos judiciales

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    Según los investigadores y el Tribunal, los homicidas cubrieron unas víctimas con un mantel para obstruir las pesquisas.

    Puntos clave

    El 8 de marzo de 1986, "Arnoldillo", "Galleta" y "Viruta", robaron en la casa del exministro de Seguridad Rodolfo Quirós, en San Pedro, entre otras cosas, un arma M16 y otra M3.

    Ellos guardaron las armas en la casa de Carlos Torres, a quien le presentaron a "Tres Pelos", indicándole que éste tenía su permiso para negociarlas.

    El día del crimen, "Tres Pelos" habría recogido la M3 en casa de Torres para dirigirse luego con "Viruta", "Galleta" y "Arnoldillo" a probarla a la cruz de Alajuelita. No llevaron también la M16 porque parte del cañón se salía del maletín.

    Antes de subir a la cruz, los sospechosos habrían comprado pan, mortadela, atún, queso y galletas. También llevaban Ronrico y cigarros de marihuana.

    Habrían tomado un taxi hasta el mirador de El Llano de Alajuelita, que les costó ¢150. Desde ahí caminaron hasta la cruz.

    Tres días después de la masacre, los delincuentes habrían vendido la subametralladora M3 y el arma M16 en ¢33 mil.

    La M3 que habría sido usada en Alajuelita fue seguida, por el OIJ, hasta Panamá pues se informó que la había comprado un teniente del ejército local. El arma nunca pudo ser recuperada.

    Y entonces, ¿quién mató a las 7 mujeres?

    Hoy, ni los investigadores de la época coinciden sobre quién, o quiénes, podrían haber matado a las siete mujeres. El exfiscal Jorge Chavarría sostiene que los responsables son los hombres llevados a juicio y luego absueltos.

    Pero el exsubdirector del OIJ, entonces jefe de Homicidios, Gerardo Láscarez, cree que no fueron ellos, sino un hombre, exguerrillero de la "contra" nicaragüense, que trabajó en la Policía Metropolitana de San José.

    Este sujeto, que ya habría fallecido,y es a quien señalan como el "psicópata" que mató a 19 personas entre 1986 y 1996.

    Para Láscarez, es clave que tras esa matanza de la cruz, en los demás crímenes atribuidos al "psicópata" se habría utilizado la subametralladora M-3.

    Pero Chavarría desvirtúa esa tesis indicando que, según las investigaciones, días después de la masacre, la M3 usada fue sacada del país hacia Panamá, por lo que no habría podido ser utilizada aquí en los crímenes posteriores del "psicópata".

    Las pruebas de balística no pudieron acreditarse a una subametralladora que la policía nunca encontró.

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