Pido la palabra
No era el apocalipsis Antonio Alfaro
periodista
analfaro@aldia.co.cr
Tranquilos, ya pasó, no fue el fin del mundo, ni se acabaron las cervezas, como muchos temían. La Cervecería Costa Rica aún tiene "frías" y hasta calientes en espera.
No se agotaron, por más que los ticos corriéramos y bebiéramos como si el preciado líquido estuviera a punto de agotarse. De seis en seis, en botella grande o pequeña, nacionales o extranjeras, las birras no faltaron en las compras de Semana Santa, como pudo comprobar cualquiera cristiano que haya ido al supermercado la noche del miércoles. Me atrevería apostar -aunque con temor de quedarme corto- que una de cada tres personas salía con su versión de agua bendita, satisfecho de haberse salvado de ese castigo terrenal llamado "Ley Seca".
¿De qué sirve, si en vez de reducir el consumo de licor, provoca una estampida de consumidores?
No es ni será pecado una cerveza, un traguito o en mi caso un rompope para acompañar la empanada de chiverre, aunque tampoco moriría cristiano alguno por unos días de abstinencia.
Quizás Dios lo dio como caso perdido y no incluyó entre sus mandamientos el "No beberás en exceso". Los hombres lo intentaron con "La Ley Seca", pero comprobada su ineficacia, como reconocen algunos diputados, es tiempo de tener leyes menos ingenuas y más rigurosas, mientras los ticos aprendemos a beber. Leyes, por ejemplo, con las que dé miedo tomar un volante durante el efecto apocalipsis.
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