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Espectacular balacera en Pavas 2 policías mueren acribillados a sangre fría El sospechoso del doble homicidio es un nicaragüense que intentó huir abriéndose paso a punta de fuego, pero otros policías lo persiguieron, lo hirieron y lo detuvieron Rodolfo MARTINrmartin@aldia.co.cr
Jhonny Hidalgo Díaz y Christian Zamora Murillo, ambos de 24 años y miembros de la Fuerza Pública, fallecieron ayer en el hospital San Juan de Dios, tras haber sido acribillados a sangre fría por un nicaragüense de apellido Ortega, quien resultó herido y trasladado al mismo centro médico. El policía, presuntamente, lo "invitó" a salir y, cuando Ortega iba a bajar, disparó en tres ocasiones contra Hidalgo alcanzándolo en el abdomen. Al caer, lo remató otras tres veces por la espalda y le propinó un sétimo disparo en el brazo, expresó el Viceministro. El hecho ocurrió a las 8:20 a.m., frente al liceo de Pavas, donde en ese momento había decenas de estudiantes, según informó el viceministro de Seguridad Pública, Rafael Ángel Gutiérrez. Hidalgo y Zamora, que se hallaban estacionados al frente del colegio, advirtieron que, desde un autobús que iba de Rincón Grande hacia San José, el chofer gesticulaba en señal de ayuda, agregó el funcionario. "El conductor estacionó el autobús y uno de los oficiales subió. El chofer informó que tenía problemas con un sujeto porque, al parecer, quería asaltar a unos pasajeros", dijo Gutiérrez. "Después, se volvió y le disparó tres veces a Zamora en el abdomen y, luego, en la pierna y el brazo derecho", comentó. A esas alturas, un ambiente de histeria, marcado por gritos, llantos y plegarias, se apoderó del autobús, recordó, consternada, Margarita Lazo, una nicaragüense que viajaba en el bus, pues iba a la clínica de Pavas, donde luego sería entrevistada. Los estudiantes, varios vecinos y peatones también fueron testigos de la balacera. Llegan los refuerzos Un oficial de la Policía Municipal, que en ese momento pasaba por casualidad, vio cuando "un sujeto, sin blanco alguno, disparaba a lo loco, por lo que pedí apoyo", expresó Luis Fernández Fernández, de ese cuerpo policial. Ortega corrió hacia la esquina este del colegio, donde giró a la izquierda y enrumbó hacia la clínica. Al menos, tres de los varios taxistas que estaban al frente de ese centro de salud, así como un guarda informal, fueron los primeros en percatarse de la persecución y la balacera. Ellos, al igual que algunas personas que se dirigían a la clínica, optaron por protegerse detrás de unos carros, con el fin de no ser alcanzados por las balas. Hidalgo, dada su gravedad, fue trasladado inmediatamente hasta el hospital San Juan de Dios. Unos ocho policías en motocicletas se encargaron de abrirle paso, primero por La Sabana y, luego, a lo largo del Paseo Colón, que estaba atestado de tráfico. Zamora, mientras tanto, primero fue atendido en la clínica de Pavas y después, de igual forma, trasladado de emergencia también al San Juan de Dios. "El estado del paciente era muy crítico. Realmente, su condición era de pronóstico muy reservado", expresó Steven Campos, el paramédico de la empresa Soporte Vital que lo atendió. Un criterio similar había externado, minutos antes, Rigoberto Méndez, de la Cruz Roja de Pavas, encargado de Hidalgo. Este murió alrededor de las 9:30 a.m., mientras que Zamora a las 4 p.m. Ortega, tras ser atendido, fue puesto anoche a las órdenes de la Fiscalía del II Circuito. "El señor ministro (Fernando Berrocal) y yo estamos destrozados. Hoy perdimos a dos policías que dieron su vida por la protección de la ciudadanía", dijo Gutiérrez con la voz entrecortada.
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"Se iba a casar en pocos días" Tras la noticia del fallecimiento del policía Johnny Hidalgo Díaz, de 24 años, la desesperación se apoderó de sus familiares en la avenida 5 de la urbanización Corina Rodríguez, en La Aurora de Alajuelita. El asombro fue mayor, cuando varias unidades de la Fuerza Pública llegaron a dar la fatal noticia y a solidarizarse con sus allegados. Entre ellos estaba José Ramón López Marín, futuro suegro de Hidalgo, quien se fundió en un largo abrazo con su hija Cindy, quien iba a contraer nupcias con el policía, el 31 de octubre. "Siempre le advertía sobre lo peligrosa que era la zona donde se desempeñaba. Lo más duro lo está pasando mi hija, con quien se iba a casar el próximo 31 de octubre", comentó entre lágrimas. Dentro de la casa, la joven lloraba y reclamaba por qué alguien había matado a su gran amor. Asimismo, varios vecinos dieron muestras de cariño y visitaron la casa donde vivía Hidalgo, que tenía más de tres años de carrera policial y estaba destacado en la delegación de Pavas. |
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