Policías asesinados despedidos ayer con honores

Desgarrador adiós

Al sospechoso del doble homicidio le dieron tres meses de prisión

Llanto, abrazos, solidaridad y plegarias que se elevaban al cielo en busca de consuelo ante la pérdida de los dos policías abatidos a balazos antier en Pavas, marcaron ayer su despedida oficial.

Christian Zamora Murillo y Jhonny Hidalgo Díaz, ambos de 24 años, fueron despedidos con honores en la plazoleta del Ministerio de Seguridad Pública donde asistieron familiares, compañeros y amigos.

A los servidores públicos les entregaron una medalla al mérito y los ascenderán al rango inmediato superior, por haber muerto en el cumplimiento de su deber.

Hidalgo fue enterrado ayer por la tarde en Puriscal, su pueblo natal, a Zamora lo sepultarán hoy en Grecia.

El Juzgado de Turno Extraordinario, del II Circuito, le impuso ayer tres meses de prisión preventiva a Ortega, principal sospechoso de asesinar a los policías.

Al parecer, Ortega laboraba para una empresa de seguridad privada.

Y se enviarán sus huellas digitales a Nicaragua para reconfirmar su identidad.

Jorge Rojas, director del OIJ, y Fernando Berrocal, ministro de Seguridad, pidieron durante los actos, una revisión de la legislación penal para así poder dar una real lucha contra el crimen.

Padre pidió "el alta"

Martín Hidalgo, el papá de Jhonny le pidió al ministro, Fernando Berrocal, que le diera de "alta" (lo nombrara como policía) para reemplazar a su "muchacho" asesinado anteayer en Pavas y continuar con la lucha contra el hampa.

El policía era oriundo de Puriscal donde cursó la educación primaria y secundaria completa. "Siempre se le vió con una sonrisa en la cara", recordó su hermano Gustavo.

¡Dios mío, danos paciencia y fortaleza!"

El abrazo interminable entre la viuda del policía Christian Zamora y, la madre de éste, Lourdes Murillo, fue como un hierro candente que llegó hasta lo más profundo de todas las personas que lo rodeaban.

Sin embargo, el llanto de ambas mujeres contrastaba con la presencia de don Juan Daniel, el padre del policía quien tenía la mirada puesta en el cortejo que traía en hombros el féretro con su hijo.

"Díos mío danos paciencia y mucha fortaleza", expresó el padre angustiado quien acaba de perder al mayor de sus cuatro hijos. La familia es vecina de barrio San José, en Cajón de Grecia.