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 Sucesos Miércoles 30 de agosto, 2006, San José, Costa Rica.
 

Boca Vieja, Quepos

Les toman fotos y luego los matan

Dos hombres murieron ayer dentro del bar “El Pescadito” y, además, otros dos clientes resultaron heridos en la balacera

Erick Carvajal M, enviado especial y Rolando Avilés, corresponsal

Quepos.- “Primero entraron con un teléfono celular y les tomaron fotos. Salieron y se las mostraron a un hombre que estaba afuera en un carro y luego entraron directo a matarlos”, dijo uno de los testigos del asesinato de Lenin Zapata, de 39 años, y Giovanni Guzmán, de 40, quienes murieron baleados ayer, a la 1 de la tarde.

Los hechos ocurrieron en el bar “El Pescadito”, ubicado en el barrio Boca Vieja de Quepos.

El testigo, que solo se identificó con el apellido Mena, narró cómo los dos sicarios entraron y le dispararon a Zapata y a Guzmán.

Sorpresa y duelo

Vecinos de Boca Vieja de Quepos estaban consternados ayer por lo sucedido. La zona es considerada como un lugar tranquilo.

Luego, abrieron fuego contra otras de las personas que estaban en el bar y que corrían aterrorizadas ante el asesinato.

Dos hombres más resultaron heridos. Uno de ellos, un nicaragüense, identificado con el nombre de Reynaldo, quien fue trasladado al hospital de Quepos en un automóvil particular.

Y un segundo, de nombre Curridio López, quien fue llevado al centro médico por la Cruz Roja. Este último presentaba un impacto de bala en el pie izquierdo. Ambos fueron dados de alta ayer al finalizar la tarde.

Hasta el momento, la policía judicial desconoce por qué razón fueron asesinados Zapata y Guzmán. Sin embargo se tienen sospechas de que pudo tratarse de un ajuste de cuentas.

Al parecer, los asesinos son tres colombianos, de quienes desconocen sus identidades.

Trágica escena

Freddy Cascante, oficial de la Fuerza Pública de Quepos, comentó que a ellos los llamaron informándoles sobre la balacera en el bar “El Pescadito”.

Al llegar al lugar confirmaron las dos muertes y de paso cerraron la zona a la espera de que llegara la policía judicial.

“Inmediatamente se inició un operativo por toda la zona. Se ordenaron cierres de vías en Parrita, Jacó, el cruce de Puriscal y también en el cruce de Orotina. “Interceptamos un carro negro por la zona de Parrita que creímos podía ser de los sospechosos, pero después nos dimos cuenta que no eran”, dijo Cascante.

El oficial indicó que cuando llegaron al lugar, encontraron, en las afueras del bar, casquillos de un arma nueve milímetros.

Al parecer, los sicarios dispararon en la puerta del sitio cuando iban saliendo, como una forma de asegurarse que nadie los iba a seguir. “Nos quedamos en la escena a custodiarla hasta que llegaron los agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), ya que al lugar llegaron muchos curiosos”, manifestó Cascante.

No había nada que hacer

Daniel Miranda, cruzrojista que llegó a la escena del crimen, explicó que encontraron a los dos hombres tirados en el suelo, les tomaron los signos vitales pero ya habían muerto.

“No pudimos hacer nada por ellos, las heridas que presentaban les causaron la muerte”, informó el cruzrojista.

Miranda indicó que se podía observar que los impactos fueron hechos, principalmente, en la zona de la cabeza.

Uno de los momentos más difíciles que se vivió ayer fue cuando los cuerpos de Zapata y Guzmán fueron sacados del bar. Los familiares, de ambos, que estaban en las afueras del establecimiento, se abrazaron y rompieron en llanto.

A sangre fría

Luis Villalobos, Hermano de Guzmán.

“Mi hermano no se merecía morir de esta forma. Él no tenía nada que ver con lo sucedido en el bar”.

Joven de apellido Mena, Testigo de los hechos.

“Vi cuando los tipos entraron volando bala y la gente corría por todo lado. Fue algo terrible y parecía una película”.

Warner Chacón, Testigo de lo acontecido.

“Iba pasando cuando vi a esos hombres tirando bala y lo que acaté fue meterle velocidad a mi moto”.

Las víctimas

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Lenin Zapata.

Edad: 39 años

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Giovanni Guzmán.

Edad: 40 años

Escenas

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Funcionarios del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de Quepos, realizaron el levantamiento de los cuerpos de los fallecidos, anoche a las 6.

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Momentos de gran dolor se vivieron en las afueras del lugar donde fueron asesinados los dos hombres. Sus familiares se abrazaron y rompieron en llanto.

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Las autoridades cercaron y revisaron el interior del bar “El Pescadito”. En las afueras la policía halló casquillos de un arma nueve milímetros, trascendió ayer.

“Me tiré detrás del mostrador”

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Don Curridio relató ayer lo sucedido en el bar.
Rolando Avilés

Curridio López decidió irse al bar El Pescadito ayer a las 11 a.m. Iba a tomarse unas cervezas con sus amigos, ya que ese bar es propiedad del dueño de las lanchas para las que trabaja, desde hace 27 años.

“Saludé a Zapata y a Guzmán, ya que todos somos compañeros de pesca, y estuvimos conversando un rato. Todo estaba tranquilo”, dijo López ayer. A eso de la 1 p.m. mientras él estaba sentado en la barra, dos hombres armados entraron y le dispararon a sus amigos. “Fue algo impresionante. No pude ver nada, ni a nadie. Solo escuché los disparos y me tiré detrás de la barra. Una de las tenis la dejé perdida”, comentó López.

Él, junto con dos mujeres más, estaba agachado detrás del mostrador, esperando que todo pasara. Ni siquiera, se dio cuenta en ese momento, que una de las balas lo había herido en el pie izquierdo. “Tenía mucho miedo de lo que estaba pasando. No podía creerlo”, señaló. Cuando todo pasó, empezó a buscar la tenis para irse a su casa. “Quería venir a mi casa porque mi madre padece de la presión y no quería que le dijeran algo que la asustara”, dijo López. El pescador fue llevado al hospital de Quepos donde le pusieron un vendaje y fue dado de alta.

Iba a tomarse un refresco

Luis Villalobos, hermano mayor de Giovanni Guzmán Villalobos, comentó ayer que su hermano solamente entró al bar El Pescadito a tomarse un refresco, pues no ingería licor. “Él entró, saludó a Lennin y se sentó a tomarse algo. Luego entraron los dos hombres volando bala”, afirmó Villalobos.

“Es muy doloroso porque mi hermano no tenía nada que ver con lo que pasó”, dijo.

La última vez que vio a su hermano con vida fue ayer, a las 10 de la mañana, cuando llegó a comerse un pinto con él.

“Estuvo conmigo aquí en mi soda, estuvimos conversando y me habló de sus proyectos”, comentó.

Y es que uno de los sueños de Guzmán era poder tener un abastecedor, el cual iba a ubicar a la par de su casa, por lo que ya estaba haciendo trámites para obtener dinero y montarse el negocio. Los dos hermanos estuvieron compartiendo y disfrutando del desayuno, sin imaginarse que la muerte le llegaría a Guzmán horas después, a unos 100 metros del local de su hermano, llamada Soda Marte.

Guzmán era un hombre que se dedicaba a la pesca. Tenía 15 años de trabajar con la lancha El Relámpago. “Cuando se terminó el pinto me dijo que se iba porque tenía que reparar la lancha, pues en estos días tenía que salir a pescar”, manifestó Villalobos. El hermano explicó que ellos son una familia muy unida. “Él era un hombre sano, que no tomaba licor, primera vez que nos sucede algo tan terrible.

Siento un dolor muy grande, no lo puedo creer. Él estaba casado y tenía dos hijas”, agregó. Sobre Lenin Zapata ninguno de sus familiares, se hicieron presentes ayer en las afueras del bar, tampoco se quiso brindar declaraciones sobre lo sucedido. Sobre él se sabe que es un hombre dedicado a la pesca y que es propietario de varias lanchas.

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Hasta ayer, la zona donde se ubica el bar, era conocida como una región tranquila.
Rolando Avilés

Foto: 1346884
Decenas de curiosos y vecinos llegaron a ver lo ocurrido en el establecimiento de Quepos.
Rolando Avilés

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