San José Costa Rica. Edición del 03/diciembre/2006. Ir a Al Día
 

Cristiana Nassar, periodista y presentadora

Carcajadas con chaleco anticríticas

Los comentarios en su contra lejos de alterar a la rubia, la entretienen, y advierte que su lado extrovertido no se lo quita nadie

Todos conocemos lo extrovertida que es Cristiana Nassar cuando está frente a las cámaras de Informe 11 Las Historias. Sus muecas, sus “salidas” y sus inconfundibles risas de niña grande, se han robado el cariño de un público que, sencillamente, no podría imaginarse dicho programa sin su presentadora estrella.

Aunque parezca difícil de creer, Cristina Díaz Rojas (su nombre real antes de adoptar el Cristiana y el apellido de su esposo) se caracterizó por ser una niña tímida y retraída, muy diferente a como la percibimos hoy.

La rebeldía llegó en su época de colegio, en el María Auxiliadora. “Era terriblemente malcriada con las monjas. Las sentía tan malvadas conmigo, que para mortificarlas les contesté una vez el examen de inglés en francés, y el de francés en inglés. Lo mejor fue que las respuestas estaban correctas, invertidas, pero correctas”, cuenta Nassar.

El amor llegó a su vida muy temprano, a los 18 años, cuando contrajo matrimonio con Martín Nassar.

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Ella misma fue quien tomó la iniciativa y se le declaró.

“Yo le dije, si no nos casamos, nos dejamos. O sea chicas, hay que presionar a los hombres”, aconsejó la rubia con tono sarcástico.

Por otra parte, su debut en la pantalla chica ocurrió al año siguiente, en 1987, cuando presentaba las noticias en canal 19. “Se llamaba 19 minutos. Tenía ese nombre porque de verdad, el material solo alcanzaba para ese tiempo, y luego se repetía interminablemente hasta completar la hora”, explica entre risas Cristiana.

Para 1994 pasó a formar parte del equipo de NC4. Allí afinó sus armas como periodista, junto a Ignacio Santos. Cinco años después, Repretel se convertiría en su “hogar”.

Odia a la Navidad

En el canal no puede decirlo, pero aquí le damos permiso. “La macha”, como la llaman sus compañeros de trabajo, guarda una razón de peso que la tiene distanciada del olor a ciprés y las esferas luminosas.

“Soy como el ‘Grinch’, (el duende que se robó la navidad), no me gusta. En mi casa pongo toda la decoración excepto el árbol, porque después de tantos años, aún no me siento en capacidad de recordar a mi papá en esos días”.

Nassar se refiere a la muerte de su padre hace doce años, víctima de cáncer gástrico. Ese hecho hizo que las siguientes navidades tuvieran un sabor amargo, y como acto de luto, dejó de colocar el árbol.

“Perderlo a él fue el dolor más grande de mi vida. Como que soy otra después de su muerte”, señala mientras sus ojos se llenan de lágrimas.

Lo demás le resbala

Que si se cambió el “look”, que si dijo una “caballada” al aire, o que no pudo controlar sus carcajadas, son comentarios muy conocidos para Cristiana y no la desvelan ni la sacan de sus casillas. Por el contrario, disfruta de ellos.

“La gente no entiende. La gente que critica pasa diciendo: ‘¡Ay pero cómo hicieron eso, qué barbaridad, cómo se exceden!’. Pero si este programa es de excesos, o sea ‘hello’. Se trata de salirse del guión. Al que no le gusta pues que no lo vea, pero, ¿qué pasa? que lo ven y eso me encanta”.

“Conozco gente que en realidad se enferma por las críticas de los medios, y hasta pasan una semana llorando. Por dicha estoy curada de eso, ya me acostumbré”, señala.

Las locuras que hace (como ella misma asegura) dentro de Informe 11, Las Historias, es el factor que lo distingue dentro de la televisión nacional, y más importante aún, es la clave para enamorar a su público.

Incluso ella no se explica todavía cómo Fernando Contreras, presidente de REPRETEL, la deja hacer lo que quiera durante la hora de programa.

“Yo soy inmensamente feliz de poder hacer reír a alguien, y don Fernando, tan serio que es, me permite hacer el ‘desmadre’ que hago. Es que así soy yo, como una niña grande a la que a veces se le olvida que está frente a una cámara”.

Si bien es cierto esta rubia no cree en los concursos de belleza, bien podría ser una reina, pues constantemente le llueven invitaciones para asistir a las ferias y a topes nacionales.

A sus 38 años, Cristiana no es de las mujeres que se avergüenzan de su edad y en la calle se ha topado con señoras, niños, y hasta diputados que le piden no cambiar su forma de ser. Por eso, digan lo que digan, seguirá siendo una niña inquieta, juguetona y llena de vitalidad.

De cerquita

Familia

Casada con Martín Nassar, quien le lleva 14 años de ventaja. Su hija se llama Nayad, que significa “milagro o salvación” en árabe.

Mascotas

“Ahorita tengo una parejita de chihuahuas. Se llaman Rico José, y Sabrosa María, y estoy por comprar dos perritos más, un crestado chino y un yorkie. También tengo unas ratas, ‘Racumín’ y ‘Baigón’, que son muy famosas, y unas diez tortugas”.

Travesura

“Cuando tenía 13 años llené el carro de viejas y aprendí a manejar, una vez que mis papás no estaban. Me fui de mi casa, en Rohrmoser, hasta Escazú”.

Les dijo de todo

“Solo he ido a dos conciertos. El de Alejandro Sanz, y el de La Ley, con Beto Cuevas. Que ‘mae’ más divino... es que no hay palabras”.

Su pasión

Leer a Octavio Paz

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Fotos: Manuel Vega. Maquillaje: José María “Milo” Junco. Vestuario: Tiendas Salomón. Locación: Hotel Marriot

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“No hay dolor más terrible en el mundo que ver a tu papá consumirse en una cama. Se fue antes, tenía 50 años”

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“Cuando me critican en un espectáculo porque hice tonto está bien, pero si hablan de mi programa no, porque así es el formato”

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Su milagro
Sufrió de esterilidad cinco años, hasta que milagrosamente llegó su pequeña Nayad. La foto es de 1998.

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Enérgica
Se ha caído varias veces, pero lo toma con humor.

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Con el pueblo
El 16 de noviembre compartió con la gente en San José.

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Acostada
En “Cómplices”, 2003.