San José Costa Rica. Edición del 10/diciembre/2006. Ir a Al Día
 

Jacqueline Álvarez, futbolista

Nacida para triunfar

Pionera en el fútbol femenino, enseña a las nuevas generaciones a romper estereotipos y barreras sobre la mujer futbolista

Pablo Aguilar Quirós

De niña, Jacqueline Álvarez luchaba constantemente por agarrar el balón de fútbol que tenía su hermano Byron, único hombre en la casa.

A su vez, “Jaqui” se negaba a jugar con las muñecas que sus padres les tenían a ella y sus cuatro hermanas.

Nació con el deporte en el corazón y el fútbol como sentimiento. El balón se convirtió en su mejor amigo.

Ya en el kínder, a esta Bachiller en Educación Física la chispa del fútbol le encendió una gran pasión, que incluso la llevó a dejarse sobornar por sus compañeros, dándoles el dinero de la merienda con tal de que la dejaran entrar a jugar con ellos.

A los 29 años recuerda con algo de dolor que la llamaban “marimacha”, pero también reconoce su fuerza mental y firmeza para hacer caso omiso a las ofensas y convertir un sentimiento en realidad: ser una jugadora profesional de fútbol.

Las circunstancias del destino le impidieron llegar a jugar en la liga profesional de Estados Unidos, pues la mañana del 11 de septiembre del 2001 se quedó con la maleta lista en el aeropuerto; se dirigía a New York para vincularse por dos años con el Metro Stars de esa ciudad.

El viaje nunca se realizó.

Hoy, con la experiencia que le deja anotar más de 275 goles con la selección nacional y 150 en diferentes clubes, se dedica a trazar el futuro de 75 niñas que tiene a cargo en la escuela de fútbol del Deportivo Saprissa.

Ella se define como una persona estable, por eso buscó un trabajo “de día” en el cual se siente realizada, dentro de la Standard Fruit Company, pues es consciente de que, en el caso particular de las mujeres, no se vive del fútbol.

Su mayor admiración es su padre y aunque la metía del pelo a la casa y le prohibía jugar bola con los chiquillos del barrio, para ella no hay hombre más ejemplar.

“El luchó sin ayuda para mantener a nuestra familia y darnos una vida digna y honrada”, asegura.

“Jaqui” está soltera y luego de meditarlo mucho, admite que más que una lesión, su mayor miedo es salir herida en el amor, por eso siempre trata de driblarlo.

La joven entrenadora se siente muy casera, disfruta del hogar, de la compañía de sus amigos y de las pequeñas Sol y Luna, sus perritas schnauzer, que son su eterno desvelo.

Admirable

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Valeria BERMÚDEZ /Al Día

Derribando estereotipos

“Más que técnica y táctica, a las niñas se les enseña a romper estereotipos que giran alrededor de una chica en un deporte de hombres. Los padres deben entender que sus hijas quieran ponerse tacos y espinilleras, para salir detrás de un balón de fútbol.

“El vencer las faltas de respeto, acoso e insultos que he tenido que soportar de aficionados, dirigentes e incluso entrenadores, es el material que le transmito a mis pequeñas.”

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Foto: Valeria Bermúdez /Al Día