De frente

A ella la “mata” un buen bolero

Con la Piel Dorada, Charlyn López, cerramos este 2006. Ella nos contó dónde bailará marcadito para el cambio de año

Su cédula comienza con el número siete, guapileña por los cuatro costados y con más curvas que la primera letra de esta nota, Charlyn López superó los encantos de 22 competidoras -entre nacionales y extranjeras- para ser coronada este mes como la chica Piel Dorada Internacional 2007.

Esta bachiller en relaciones públicas y estudiante de maestría en mercadeo, es una “fiebre” del motocross, del gimnasio y de las canciones de Ricardo Montaner.

Conozca los secretos de la sensual morena en la última Contracara del año.

¿Hasta dónde es capaz de llegar en su primera cita?

La verdad, soy muy tímida en eso. Me quedo tranquila.

¿Cuál parte de su cuerpo es la más sexy y por qué?

Mi espalda. Me parece que, en el cuerpo de una mujer, es una de las zonas más seductoras. En mi caso, también es la más sensible.

¿Hay algo que no sea natural? ¿se operaría?

Sí, tengo implantes. Estoy plenamente satisfecha y fue una de las mejores decisiones que he tomado. Cuando la gente me pregunta no me da pena decirlo. Y no pienso aumentarme pues creo que tengo un tamaño proporcional a mi cuerpo.

¿En qué ha gastado la plata que ganó ($3 mil)?

Aún no la he gastado. Tengo una cuenta de ahorros en el banco y estará guardadita hasta que tenga una muy buena razón para invertirla.

¿Le han hecho propuestas que ha tenido que rechazar?

Bueno, yo no modelo en ropa interior ni acepto trabajos en bares. Sí he estado con marcas de cigarros o licores, pero solo para vallas publicitarias o anuncios de televisión, nada más, no en bares.

¿Es cierto que usted es instructora de baile?

Sí, este año saqué el certificado como instructora de “Zumba”, es un ejercicio aeróbico que incluye baile.

¿Cuál ritmo la “mata” a la hora de bailar?

El que me encanta, pero no tengo con quién, es el bolero.

¿Me pareció o andaba en el Tope Nacional?

Sí, pero para ver a mi hermana montar. Le confieso que a mí me dan pavor los caballos. Ella me está ayudando a que se me quite el miedo. Tal vez de aquí al otro tope de diciembre montemos juntas.

¿Prefiere arriba o abajo... en un camarote?

Arriba (se ríe). No me gusta sentirme como encerrada.