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Domingo 08 de enero, 2006, San José, Costa Rica. |
Dexter Lewis se lució en el Apertura El hijo soñador de Cahuita Guardameta del "Pérez" es un enamorado de su pueblo, que no cambia por nada Alexander Aguilaraleaguilar@aldia.co.cr
Cahuita, Limón. Sentado en el sillón de bambú del corredor de su casa y respirando la brisa cálida de su adorada Cahuita, el portero Dexter Lewis se abrió al diálogo de la vida, dejando a un lado el balón, los guantes y el final polémico del Apertura. Con determinación se lanzó a los achiques del pasado y encaró con valentía los mano a mano del presente y futuro. Por unos minutos Dexter dejó a un lado la portería del Pérez Zeledón. Se negó a los goles y le hizo un paradón al recuerdo. Cerca del bello mar que lo vio crecer recordó su infancia, su juventud, sus primeras mejengas que lo llevaron a ser uno de los mejores jugadores del Apertura. "Desde niño me gustó el fútbol y recuerdo que pasé por todos los puestos, hasta de delantero jugué y era el goleador del barrio", dice un relajado y feliz Dexter, al lado de sus seres queridos. Sin dudarlo un segundo reconoce que cada etapa de su vida la ha disfrutado al máximo. "Jamás se olvida cuando iba a bañarme al mar con mi hermana Michelle, vivíamos en una casa frente a la playa y la pasamos de lo mejor". Dexter tiene claras las pasiones de su vida y por nada del mundo las cambia. "Estar en Cahuita, andar en camiseta, pantaloneta y sandalias, compartiendo con mi madre (Zoraida), ir a pescar a la playa y a bañarme en un buen río. Son cosas realmente importantes para mí, aunque para otros sean insignificantes". En su círculo interno describen a Dexter como una persona tranquila, ubicado en las buenas costumbres y muy casero, como él mismo se define. "Soy muy alegre, me gusta estar con mi familia y mis amigos. Me gustan las cosas sencillas, no soy de extravagancias. Cuando tengo tiempo voy a la playa, a disfrutar el mar y el sol". Dexter es padre de tres hijos: las gemelas Tameka y Tazmín, de tres años, y el pequeño Denzell, de un año de edad. Para él ellos tres son los grandes amores e ilusiones de su existencia y cuando los ve, no existe el fútbol ni nada más. Para sus tres tesoros vive y lucha debajo de los tres tubos, sin importarle la rayería que le manden los rivales. Tiene, además, otro gran amor. "Dios es lo más grande que tengo, leo La Biblia y hablo mucho con Él. Desde pequeño me enseñaron a quererlo, aunque no soy de andar metido en iglesias, pero sí soy muy creyente". La brisa del mar sigue soplando y cerquita Dexter Lewis disfruta como pez en el agua. Siempre inseparable a su natal Cahuita, con su gente, con sus amigos, con el terruño que jamás podrá dejar porque es parte de él. En Cahuita Dexter vive lo mejor de su vida. Sí, un momento dulce, tanto en el campo particular, como en el fútbol.
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