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 Nacionales Lunes 09 de enero, 2006, San José, Costa Rica.
 

Pido la palabra

Los santos son inquilinos

Ana Coralia Fernández, periodista

Ahora sí que la hicimos.

Yo, que he abonado, a diestra y siniestra, al cielo y al infierno, tengo los pelos de punta con la noticia de que una Comisión Teológica Internacional determinó que ya no existe el limbo, ese lugar entre el cielo y el infierno de la tradición católica surgida en la Edad Media, donde permanecían los niños que morían sin ser bautizados.

Yo, que desde niña me sentí tranquila por estar bautizada y ya no tener miedo de ir a ese curioso lugar sin tiempo ni espacio (que debe ser muy parecido a las instancias estatales donde se retiran las placas de los carros), estoy consternada.

Yo, que tenía la esperanza de que, un día, Tatica Dios me iba a recibir en medio de un tropel de gente semichamuscada por las llamas de la purificación del purgatorio (que fue abolido desde 1994), ahora me encuentro en una disyuntiva: rezo y empato, o gano el partido de mi eterna salvación por goleada, pues, si en la contienda hay un penal como el de Saprissa contra Pérez, ahí sí que me voy a los infiernos...

Dicen estos expertos, a quienes no pretendo desafiar con mi ignorancia tan simple, que los seres que estaban allí y los que estarían por entrar, "pasan" directamente al cielo, gracias a la misericordia de Dios.

¡Y vaya si Tatica Dios nos tiene misericordia!

¡Y vaya si la necesitamos los vivos, los muertos, los que están por nacer y también los que están por picar el boleto!

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