Niños planificados

Solteras llaman a la cigueña

Mujeres deciden vivir la experiencia de ser madres, sin tener pareja

Cada vez son más las mujeres maduras y solteras que desean ser madres en solitario, es decir, planean por su cuenta el nacimiento de un hijo, sin pensar en criarlo junto a una pareja.

Según datos de la última encuesta del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC), durante el 2004 nacieron 18.872 bebés de madres solteras, viudas, divorciadas o separadas.

Aunque no se sabe cuántas de esas madres planearon tener a sus bebitos, el doctor Claudio Regueira, especialista en fertilidad, señala que las mujeres solteras se acercan con frecuencia a su consultorio para saber si pueden tener hijos mediante la inseminación artificial.

Tal es el caso de doña Laura Rojas, quien hace dos meses cumplió su sueño de ser madre mediante este proceso de reproducción, que consiste en la colocar directamente el semen en el útero de la mujer, sin que exista una relación sexual.

Ellas solo tienen opciones privadas, pues la Caja Costarricense del Seguro Social ofrece esta práctica nada más a las parejas que están constituidas formalmente y tienen problemas para concebir.

El ginecólogo Ariel Pérez, experto en medicina reproductiva, indica que a su consulta han llegado mujeres que desean ser madres porque sí, aunque son la minoría. Ellas, dice Pérez, tienen la opción de escoger al hombre que les donará el semen para la fecundación o pedir ayuda para conseguir un donante anónimo.

Según, la psicóloga Patricia Odio, de Enfoque a la Familia, el deseo de ser madres en solitario es una práctica que crece, pues en estos días muchas le dan prioridad a su realización personal, y hasta que cumplen sus metas piensan en ser madres. En ese momento, ya no ven el matrimonio como un requisito para lograrlo.

Una bebita muy deseada

Los ojos de Ágata, de dos meses de edad, parecen clavarse en los de su madre Laura Rojas, quien no se cansa de mirarla.

Doña Laura quería ser mamá a pesar de haber descartado la posibilidad de casarse. Ella se dedicó al estudiar orientación y gerontología, ejercer su carrera y a cuidar a sus sobrinos.

Así que esta mujer, de 36 años, volvió sus ojos a la ciencia y decidió someterse a una inseminación artificial -un método especializado de reproducción asistida-. Eso sí, debía ser con donador anónimo.

El embarazo transcurrió sin contratiempos y la pequeña Ágata llegó a la vida de su madre el 5 de noviembre del 2005, en la Clínica Santa Rita.

Ese día la vida le cambio totalemente y conoció un amor intenso y nuevo: el de las madres por sus hijos. Hoy aconseja a otras mujeres que se decidan a dar el paso si de verdad lo desean. Eso sí, primero deben estar seguras de que podrán darle calidad de vida.

Otra decidida a ser mamá

"Soy Carolina González y estoy muy satisfecha con mi vida, pues he alcanzado mis metas. Sin embargo, siento que una parte de mí está incompleta, y sé que ese vacío lo llenaría un niño, aunque no tenga un hombre a mi lado. Ya había decidido tener bebé este año, pero como soy educadora me dieron una plaza en Santa Cruz, Guanacaste y esto me hará posponer los planes: el bebé podrá venir durante el 2007. Claro, no será cualquier persona la que escoja para que sea el padre de mi hijo y aunque este soltera, nunca he pensado en la inseminación artificial como una opción."