Ottón Solís, candidato presidencial
Le encanta que le lleven la contraria Jéssica I. MONTERO S.
El rostro serio de Ottón Solís se transforma por completo cuando se encuentra con sus tres hijas.
Sostiene a Victoria en una rodilla y a Elena en la otra, mientras intenta explicar que en su casa tiene una finca y no un patio, pero las niñas no dejan de contradecirlo. "Papito, ¡esto no es una finca!", y él se defiende enumerando la producción de su pequeña zona verde: desde papayas hasta huevos de gallina.
Le habla en inglés a su hija de 4 años, cuida gallinas, árboles frutales, pequeños cultivos y cuando tiene un momento se va a PZ
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"Él las reta todos los días, para que tengan opiniones diferentes y las defiendan. Le encanta que discutan con él, y ellas están pendientes de cualquier cosa para tratar de probarle al papá lo contrario", cuenta la esposa del candidato, Shirley Sánchez.
"Mi papá es muuuy divertido", asegura la pequeña Elena, de 5 años. La mayor, Victoria, de 8, agrega que a Ottón "le encanta jugar con nosotras y hacer trucos", pero no de magia.
El candidato las alza, las carga como saco de papas y les pone todo tipo de desafíos: desde trepar a los árboles, bajo su supervisión, hasta lanzarse por un "canopy" hecho en casa, que está en el patio o, como dice Solís, en la finca.
"Una de las mayores virtudes de Ottón es que siempre tiene tiempo para todo", asegura la esposa.
Y cuando tiene unas 24 horas libres agarra todos los chunches y se van los cinco para Pérez Zeledón, porque solo ahí descansa.
Joven reservado
Miguel Cordero Fallas fue compañero de Ottón en el liceo Unesco, de Pérez Zeledón, desde 1966.
"Él tuvo que apurarse para terminar la escuela en General Viejo, donde vivía, para ir al colegio con los hermanos mayores, Emilia y Humberto, pero eso significó que entrara como de 11 años", explica.
La diferencia de edad hacía que Solís fuera más reservado que los demás, y eso le ayudó a convertirse en uno de los tres estudiantes más destacados en las materias de números, los únicos tres muchachos que presentaron su examen de bachillerato en física en lugar de biología.
"No era noviero, por la misma personalidad reservada. Más bien íbamos a los bailes y nos sentábamos a ver la gente", recuerda.
Pero cambió, porque a doña Shirley le robó un beso en la primera oportunidad que tuvo "y no le robé más porque no se dejó", dice.
Se casaron en 1994 y ella asegura que a él le tocó acomodarse "Es que él es facilísimo de complacer".
Se ríe
Con sus hijas y sus sobrinos. Es el tío que todos los chiquillos buscan en las reuniones familiares para jugar.
Le afecta
Cuando las pequeñas le piden más atención. Hace poco, Isabel lo detuvo en la puerta y le dijo "Papito ¡ya no más reuniones!" y lo dejó totalmente desarmado.
Comida
Hace "la mejor torta de huevo del mundo", chile con carne y un plato inglés, también con carne y con hongos, pero nada más, la cocina no es su fuerte. Luego de un periodo largo fuera del país, lo único que pide es arroz y frijoles con cualquier acompañamiento tico.
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Rafael Pacheco /Al Día
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/ Al Día
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