Llamó al "Lambo", Lichael Rodríguez y Kurt

"Guima" abrió el portillo

Además de Corea del Sur, ayer se confirmó un fogueo ante Irán en Teherán

Aunque la selección parece tener pocas plazas vacantes, el técnico Alexandre Guimaraes abrió el portillo a otros jugadores, al estilo de Kurt Bernard, Víctor "el Mambo" Núñez y Michael Rodríguez, ausentes por completo en la eliminatoria mundialista.

Y no son los únicos. Otros como Gabriel Badilla, Junior Díaz y Randall Azofeifa, tomados en cuenta en algún momento en la Tricolor, aunque nunca alineados en la ruta hacia Alemania 2006, también fueron llamados para el fogueo que Costa Rica jugará el 11 de febrero ante Corea.

"Estoy muy contento", expresó ayer el "Mambo" Núñez, líder goleador del campeonato nacional, hasta ahora convocado a una selección nacional, tres años después de haberse nacionalizado costarricense. "Aunque en el fondo del corazón uno espera que le den la oportunidad, la verdad me sorprendió el llamado".

Ahora solo espera aprovecharlo al máximo, a sabiendas de que está en juego la posibilidad de viajar al Mundial de Alemania 2006. "No hay nadie fijo en la selección", señala el delantero. Sin embargo, advierte que no quiere presionarse pensando en la Copa del Mundo. Primero debe aprovechar el juego contra Corea y mantener su nivel en el campeonato nacional, según advierte.

"Mi meta es estar en cada convocatoria, seguir esforzándome, ir sumando con tranquilidad".

Su juego, los goles que suma en el torneo y el momento que pasan los principales delanteros de nuestro fútbol, parecen haberle abierto la posibilidad. "Todos tienen buen nivel", señala él, sin entrar al análisis de los demás.

No menos motivado se expresa Kurt Bernard, aunque el atacante porteño reconoció ayer que deberá correr con algunos trámites, pues no tiene visa americana y el partido se jugará en California.

"Ahora voy a pensar en el partido y mañana veré qué se puede hacer", comentó anoche el atacante, cuando fue consultado previo al partido que su equipo jugaría contra Saprissa.

Más allá del inconveniente, Bernard se mostró contento y tranquilo a la vez, con un llamado que le llega en buen momento.

"Hay que trabajar; espero en Dios que las cosas sigan bien".