Homenaje a un gran poeta de la tierra turrialbeña

Sus días transcurren entre libros y aparatos eléctricos, sus afanes mezclan los cables con las letras, el lápiz con el desatornillador.

Así es la vida de Marco Aguilar, poeta hasta la médula, cuya inspiración ha parido grandes obras.

Muchos años han pasado desde que formaba parte de un grupo de adolescentes rebeldes, amantes de la literatura, magos de la palabra, creadores de formidables y sugestivos poemas.

Jorge Debravo, Manuel Calderón, Carlos Rivera y Laureano Albán fueron sus compañeros de tertulia en aquel Círculo de Poetas Turrialbeños.

Hoy como ayer, Aguilar sigue fiel a esa desbordada pasión por la poesía, robándole tiempo al tiempo, aunque sea en un rincón de su taller de electrodomésticos, en su amada Turrialba.

Por eso, hace ocho días el sábado por la tarde, en su tierra natal se le rindió un cálido y merecido homenaje.