velorio en territorio brasileño
Hubo un mar de lágrimas
Río de Janeiro/dpa. El silencio de la escuela de samba de la Vila Isabel en Río de Janeiro, el batuque triste del grupo Olodum en Bahía, los cohetes sonando como balas de dolor, el llanto de la hinchada. Todo en Brasil era decepción tras verse esfumarse el sueño de alcanzar la sexta estrella.
La crítica fue dura: faltó actitud, faltó la raza que mostró el Portugal de "Felipao", clamaban los comentaristas del Canal Globo, refiriéndose a la clasificación de los lusos a semifinales.
"Parece que en ningún momento el técnico Carlos Alberto Parreira tuvo el equipo que creyó tener. No se puede perder un partido jugando tan mal", agrega.
En las calles se respiraba silencio, aunque algunos festejos contenidos intentaban honrar a la selección pentacampeona, que ayer le arrebató el sueño a 180 millones de aficionados de conseguir un título más. Las cornetas, los pitos, las banderas, los sombreros y toda la fantasía verdeamarilla parecían sobrar.
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