Desde mi espejo
El indispensable botiquín Haydée de Lev, actriz
Hace poco, tropecé y caí cuan larga soy en la acera. Ya en mi casa, puse hielo en mis ensangrentadas rodillas y manos durante una hora; luego, una crema antibiótica y las heridas cicatrizaron muy bien.
Yo tengo un botiquín de primeros auxilios para una primera dosis de medicamentos, que de ninguna manera sustituye a la valoración médica.
El dolor es una de las primeras razones por las que las personas piden ayuda. Por eso, no deben faltar en el botiquín los analgésicos, que lo alivian y bajan la fiebre.
Hay que tener algún antidiarreico para una primera dosis, y hacer enseguida la consulta respectiva, y también algún tipo de antihistamínico para reacciones alérgicas, pero, si a la persona comienzan a hinchársele los párpados, lengua y labios, hay que trasladarla al centro de salud más cercano por el riesgo de asfixia.
Un dolor abdominal agudo y persistente exige acudir enseguida al hospital.
El hielo es indispensable para quemaduras superficiales.
Ante una herida poco profunda, se debe hacer presión fuerte sobre ella, y luego aplicar alguna crema o gel antibiótico y vendarla. Por eso, no deben faltar en el botiquín vendas y apósitos de gasa, agua oxigenada y alcohol.
Esto es, a grandes rasgos, lo mínimo indispensable para un botiquín de primeros auxilios.
Y usted ¿ya lo tiene?
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