San José Costa Rica. Edición del 30/julio/2006. | Ir a Al Día |
Christian Meier, actor El lado oscuro de Santos Es tímido, galán, músico, padre de familia y, afirma, mejor amante que Santos Torrealba... pero en el cine no ha logrado cabalgar con la misma firmeza que en "La Tormenta" Ovidio Muñoz
Cuando Christian y Santiago se dieron el primer beso un rumor de sorpresa llenó el habanero cine Yara, repleto de quienes deseaban ver "No se lo digas a nadie". "Oooye, chico... ¿qué es eso?", lanzaron los más recatados (las reglas de urbanidad me impiden repetir la mayor parte de los comentarios escuchados). Después, fieles al guion, Christian Meier y Santiago Magill -que interpretaban, en ese orden, a Gonzalo y a Joaquín- repitieron las muestras de cariño y terminaron encamados (la foto de al lado no me deja mentir). Eran otros tiempos, diría el muy macho Santos Torrealba, pero así fue el debut en el cine del ahora popularísimo Christian Meier. Desde entonces, 1998, a la fecha, el peruano ha hecho cuatro películas (la ya mencionada, "Ciudad de M", "Un marciano llamado deseo" y "La mujer de mi hermano"); la más escandalosa, eso sí, fue la primera; pero a las otras tampoco les ha ido muy bien que digamos. Que dos galanes se besen (aunque sea en la ficción) no es un bocado fácil para algunos espectadores. "Hacer esa película fue un trabajo muy divertido. Es más fácil crear la psicología de un personaje que hacer escenas netamente físicas", respondió en España cuando le preguntaron si le había costado interpretar un personaje gay. El jueves, aquí en el país, dijo que eso le ayudó a conseguir admiradores nuevos. A tropezones En el 2001 Meier se reencontró con Santiago Magill en "Ciudad de M", que según la crítica renqueaba por muchos lados y en el 2003 trató de explotar su parte cómica en "Un marciano llamado deseo". Allí interpretó a Jorge, quien deseaba llegar a Estados Unidos a toda costa. Para lograrlo se disfrazó de extraterrestre y enamoró a una gringa que adoraba los seres de otros planetas. Los críticos calificaron la cinta como predecible y de humor simple que hacía reír más por los errores que por las situaciones. Con "La mujer de mi hermano" (del 2005) tampoco le fue muy bien. En México le dieron dos estrellas (de diez). "Olvídese de perder su tiempo viéndola", dijo el chileno Italo Pasalacqua. El jueves, Meier afirmó que se arrepiente de haber empezado "tan tarde" en la actuación, y le creemos; pero habrá más de uno que respire aliviado. En vez de cuatro películas malas, la cantidad podría ser mayor. A estas alturas, parece que lo de Santos (alias Christian Meier) son las novelas, los descamisamientos y los finales felices con esposa e hijos que mandan los culebrones. Da la casualidad que el cine es un arte exigente. Para ser bueno en él no basta con saber besar.
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