Ticos en el estadio lo dieron todo
(EFE).- Los casi cuatro mil costarricenses que acudieron a animar a su país en el partido inaugural del Mundial de Alemania 2006 frente a los anfitriones parecía una mancha roja en el blanco estadio WM Arena de Múnich repleto con unos 60.000 espectadores.
Aunque en franca minoría, de uno a quince respecto a los volcados aficionados locales, los costarricenses hicieron oír sus voces y cánticos desde horas antes del encuentro y sobre todo cuando fue anunciado por los altavoces del recinto el equipo titular, durante la fase de precalentamiento sobre el césped.
Los jugadores centroamericanos, antes de retirarse a los vestuario, se acercaron a la esquina donde estaban concentrados sus seguidores para agradecer de antemano el apoyo.
La respuesta no se hizo esperar con gritos y el enarbolar de miles de pequeñas banderas azules, blancas y rojas, y el grito de "sí se puede", consigna de los hinchas centroamericanos.
El estadio de verdad fue inundado de un ensordecedor griterío al ser anunciados los once titulares de Alemania para el partido del grupo A con el que se puso en marcha el Mundial.
El estruendo se sucedió minutos antes de saltar los dos equipo al terreno de juego, cuando todos los espectadores enarbolaron banderas rojas, azules y blancas, para formar el logotipo del Mundial, menos en un sector en el que formaron la bandera alemana, negra, roja y amarilla.
Al saltar al terreno de juegos los dos equipo, una parte de la grada inferior formó otra vez una bandera nacional pegada a un globo terráqueo.
El delirio alcanzó su máxima expresión con la interpretación de los himnos de los dos países, primero el de Costa Rica acompañado por el flamear de banderas en el sector donde estaban los aficionados centroamericanos.
Los 60.000 alemanes entonaron su himno para romper en una estruendosa ovación y cánticos de varios minutos hasta que se guardó un minuto de silencia en homenaje a todos los futbolistas y ex futbolistas fallecidos durante el presente, una propuesta del ex internacional argentino Leopoldo Loque, campeón mundial en 1978.
Con gritos de "sí se puede" de los miles de costarricenses, el arbitro argentino Horacio Elizondo, pitó el principio del partido y comenzó Alemania 2006.
|