Evita Arguedas Maklouf, diputada

La estrella de la Asamblea

Prima de un santo, expresentadora de "Las estrellas se reúnen", diputada, abogada, creyente en los ángeles, amante de la música árabe y mala cocinera. La vida de esta mujer es todo, menos ordinaria

Su familia y los amigos más cercanos la llaman "Tita"; muchos la conocen como diputada en la Asamblea Legislativa y otros -los más viejitos- la recuerdan como la coqueta animadora del programa de espectáculos "Las estrellas se reúnen", en los ochentas.

Tiene 44 años, es prima de un santo libanés, está separada, toca el piano, le encanta prácticar la danza del vientre y dice que está pensando seriamente en dejar de fumar.

Multifacética, romántica y muy segura de sí misma; de esa manera se puede definir a Evita Arguedas Maklouf, jefa de fracción del Movimiento Libertario.

Evita acostumbra romper esquemas. Fue la primera mujer en ocupar la presidencia de la Cámara de Comercio y la primera (y única) en la junta directiva del ICE. También es la primera diputada del Movimiento Libertario y la primera mujer en ocupar la jefatura de dicha fracción.

Rafael PACHECO /Al Día

Un santo en la familia

Creció en barrio México y proviene de una familia de abogados. Su madre es de ascendencia libanesa y Evita es prima cuarta de San Charbel Maklouf, un monje maronita del monasterio de Anaya (norte del Líbano) canonizado en 1977 por el papa Pablo VI, y cuyo cuerpo aún se conserva en perfecto estado (a pesar de que murió en 1898), y emana un sudor que sus devotos -entre ellos Evita- aseguran que realiza milagros.

Cada vez que algún familiar (o ella misma) viajan al Líbano, traen pequeñas cantidades del sudor de San Charbel y es común ver a Evita repartiéndolo entre la gente, adherido a estampitas con una oración al santo.

"Hay seres espirituales que interceden por uno y mi 'viejito' (como lo llama), me ha hecho muchos favores".

Con vena artística

Es amante del arte, durante la niñez y la adolescencia tomó clases de violín, danza, teatro y piano.

Todavía hoy, cada vez que encuentra un piano, no lo piensa dos veces para sentarse a interpretar algún trozo de sus composiciones favoritas.

Confiesa que una de sus pasiones es el teatro; de hecho, participó en montajes durante la etapa universitaria y, si algún día le queda el tiempo suficiente, explica, estaría encantada de volver a las tablas.

Cuando tenía nueve años se estrenó frente a las cámaras de televisión, cuando participó (y ganó) en el programa "La pregunta de los 25 mil cincos", producido en canal 7 por Santiago Ferrando.

La química con el público fue inmediata y esto hizo que, Ferrando la escogiera (cuando tenía 15 años) para ser presentadora, junto a Inés Sánchez, en "Las estrellas se reúnen".

"Tengo muchos recuerdos bonitos de esa época", cuenta.

"Nelson Ned me dedicó una canción llamada 'Ojos bellos'; allí también conocí a Gloria Estefan y a muchos otros grandes artistas".

No obstante, sabía que no se dedicaría por completo a la televisión y supo combinar el trabajo con los estudios de Derecho y Ciencias de la Comunicación (que no finalizó) en la Universidad de Costa Rica.

En la intimidad

No tiene hijos y carga con dos matrimonios. Se divorció de su primer marido y, actualmente, está separada del segundo. Sentada en un cómodo sillón, en la sala de televisión de su apartamento en Escazú, Evita cuenta que no le ha hecho falta tener hijos.

"Uno no añora lo que jamás tuvo", dice con firmeza.

Afirma que tampoco tiene miedo de envejecer sola. "Creo que venimos destinados a vivir un tipo de vida y me siento muy cómoda con la mía".

Es muy reservada cuando habla del amor; con un movimiento de su cabeza dice que no tiene pareja... Y que no le hace falta. Sin embargo, acepta que se volvería a casar "solo si es para el beneficio y desarrollo de mi vida y la de otra persona".

Dice que, como mujer, es coqueta, "pero no en exceso".

Es amante de los zapatos (botas y de tacones), le gusta tomar el sol y le encanta hacer "spinning" (ejercicios en bicicleta estacionaria).

Acepta que si tuviera que hacerlo, no le importaría someterse a una cirugía plástica y confiesa que de vez en cuando (si su cuerpo lo necesita) busca una cámara de bronceado.

"Me parece gracioso, porque a veces voy cuando está lloviendo. Es como algo muy del siglo 21".

Fervorosa creyente del poder divino que tienen los ángeles, asegura que la honestidad y la ética son las palabras que rigen su existencia. "Me siento responsable de abrir espacios a otras mujeres que vienen detrás de mí".