Decenas de jefes de estado en toma de posesión

Michelle manda en Chile

Socialista estará al frente del gobierno durante los próximos 4 años

Valparaíso, chile/afp. - La socialista Michelle Bachelet asumió ayer como presidenta de Chile, en una solemne sesión del Congreso Pleno ante la presencia de delegaciones de 120 países, incluida una treintena de jefes de Estado.

"Sí, prometo", dijo la primera mujer elegida para conducir un gobierno en Chile, cuando a las 12:15 locales (9:15 en Costa Rica) el presidente del Senado, Eduardo Frei Ruiz-Tagle, le formuló la clásica pregunta que compromete al nuevo mandatario a respetar la Constitución y las leyes.

La ceremonia tuvo lugar en el Salón de Honor del Parlamento chileno en Valparaíso, 110 kilómetros al oeste de Santiago, donde se congregaron los invitados, entre ellos la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice; el príncipe español Felipe de Asturias y los presidentes Evo Morales de Bolivia, Hugo Chávez de Venezuela, Néstor Kirchner de Argentina y Tabaré Vázquez de Uruguay.

Michelle Bachelet, médica de 54 años, experta en temas de seguridad y exministra de Defensa y Salud, recibió en la ceremonia la banda tricolor de los mandatarios chilenos que le puso el senador y expresidente Frei, tras recibirla de manos del presidente saliente Ricardo Lagos.

Una prolongada ovación saludó minutos antes la entrada del saliente presidente Lagos al Salón de Honor, que lucía por última vez sobre su pecho la banda que simboliza el poder.

La ovación se repitió cuando hizo su entrada la presidenta electa, sonriente y vestida con un traje claro de dos piezas.

Bachelet conducirá durante los próximos cuatro años el cuarto gobierno de la Concertación Democrática, la coalición de centro-izquierda que sucedió a la dictadura de Augusto Pinochet.

Charango para Condoleezza

La secretaria de Estado norteamericana Condoleezza Rice recibió ayer, de manos del presidente boliviano Evo Morales, un regalo curioso: un charango decorado con hojas de coca.

Rice, quien es pianista, aceptó el instrumento con gracia, pero cuando lo miraron más de cerca, sus acompañantes fruncieron el ceño: el bello verde provenía de las hojas de coca lacadas, una vieja técnica indígena.