Organización es clave en el trajín de cada día

Once bebés llenan de vida el hogar de tres familias

Viven en Moravia, Cartago y Puntarenas

Ya tienen cinco meses y siguen muy bien portadas

Los papás de Fabiola, Victoria, Lucía y Jimena se organizan con un cuaderno para recordar cual de las cuatro falta de tomar leche, quien necesita vitaminas y hierro.

Tras el nacimiento de sus hijas, los Cardona Araya tuvieron que cambiar muchas cosas en su casa en Moravia. Ahora las noches pasan en vela, las mañanas se dividen entre masajes especiales y chineos; y en el garage de su casa en vez de un automóvil ahora hay una microbus.

"Ir al pediatra es como una excursión. Tengo que llevar dos bolsos con mantillas, leche y ropa. Necesito que cuatro personas me acompañen, uno con cada bebé", explicó Sylvia, la mamá de los quíntuples que tienen 5 meses y son bien portadas.

El único varón, Pedro, murió a los pocos días por una complicación en su salud.

Fabiola es la más grande y la que se porta mejor. Victoria es la más pequeña; Jimena es muy activa; y Lucía es la "macha". Por eso es que la ropa siempre la estrena Fabiola y la recicla Victoria.

A estas alturas, la mamá reconoce el llanto de cada una de ellas, y la organización le permite bañarlas, darles de comer y asolearlas, sin que ninguna se queje mucho.

Una oficina de 24 horas para cuatro niños

La casa de la familia Ivankovich de Cartago se ha convertido en una oficina, donde cuatro clientes demandan servicios las 24 horas.

Carmen Moya, madre de los cuatrillizos María Paula, Valentina, Santiago y Andrés, contó que para hacerse cargo de los bebés, que ya casi cumplen tres meses, su familia requiere de una organización digna de una gran institución corporativa.

Las primeras semanas con el cuarteto fueron bastante duras, cuenta la mamá. Recuerda que dormía muy poco, y para ir al doctor necesitaba a cuatro personas que la ayudaran a llevar los niños.

Ahora ella y su esposo Rodolfo, tienen bajo control su pequeño "kínder".

"Contratamos a dos nanas para que me ayuden a cuidar los niños durante el día y a una para que los vigile en la noche, porque hay que darles chupón a las 8 p.m., 11 p.m., 2 a.m. y 5 a.m. Yo me quedo con ellos hasta la toma de las 11", dijo.

Esta súper mamá agrega que el presupuesto debe ser planeado al extremo, para que les alcance para la ropa -que la dejan de usar cada mes-, la comida, y las medicinas.

Trillizos porteños son fogosos y les gusta pasear

Son tres vidas, tres corazoncitos que ahora palpitan y son la alegría de Ingrid Sabater, la madre de los trillizos del Puerto, que nacieron el pasado 10 de octubre en el hospital México.

Martín, Juan Carlos y Aarón son la motivación de este hogar, compuesto también por el papá de los niños, Juan Carlos Chavarría.

Los trillizos son fogosos. Ríen con el sonido de las maracas que el tío "Beto" les suena y les gusta "andar en la calle", aunque solo tengan cinco meses.

Para atenderlos se necesita la asistencia diaria de la abuela Patricia Muñoz y la bisabuela Victoria Caravaca, que llegan desde temprano al barrio 20 de noviembre.

El primero en abrir los ojos es Juan Carlos. Antes de las 6 ya está pidiendo su leche. Un poco más tarde, Aarón y después Martín.

A estos trillizos los visten igual y no se confunden porque su apariencia no es idéntica. Martín es el más morenito, Aarón el más claro. De los tres, el que tiene menos pelo es Juan Carlos, y también es el más gordito.

Ellos duermen en la misma cama con la mamá, mientras que el papá debe ir a dormir a otra casa (donde la abuela de los niños), porque su casa es pequeña y no queda campo.