Patricia Figueroa, Presentadora

"De aquí no me voy"

Ella sabe que es muy popular, pero asegura que la fama no se le ha subido a la cabeza

Patricia Figueroa se considera más tica que peruana, ya que es aquí donde ha forjado su camino durante los últimos 16 años.

En 1989, vino a competir en el concurso Reina de la Costa, regresó a su país y a finales de ese año vino de vacaciones.

Aquí, conoció a su esposo, Arnoldo Madrigal, con quien tuvo un noviazgo de un año antes darle el sí acepto.

Al hacer un balance de su vida, los resultados son positivos, por eso nunca ha considerado la posibilidad de volver a Perú.

Tan cómoda se siente entre los ticos, que hace cuatro años que se nacionalizó.

Por casualidad se quedó en Costa Rica y también de esta forma llegó a la "tele".

La guapa presentadora deseaba hacer carrera en el mundo de la publicidad, pues para eso se había quemado las pestañas en la "U".

Su primera incursión en la pantalla chica la hizo en canal 7, pero estuvo poco tiempo en la televisora de La Sabana, porque después fue contratada para trabajar en el noticiario de canal 4, NC-4.

De los escándalos faranduleros se ha mantenido de lejos, y las controversias no son parte de su imagen. Asegura que todo se lo debe a que tiene bien definida la línea entre el trabajo y su vida personal.

Tiene pocos amigos en el medio, muy buenos compañeros de trabajo y muchos conocidos solamente.

De "emperatriz" dice no tener nada, por el contrario, se define como una plebeya.

Sabe que muchos la etiquetan como una burguesa y lo refuta diciendo: "Soy sencilla, la gente puede tener una imagen equivocada porque a uno le gusta arreglarse o vestirse bien, pero lo que no saben es que esos detalles se hacen casi por obligación, es un requisito de la gente que trabaja en la tele".

Para ella es muy claro que los presentadores son los rostros más conocidos del medio. No obstante mantener un bajo perfil, en la calle no le faltan los besos, abrazos y la petición de autógrafos cuando la ven en el supermercado.

La popularidad ha sido benévola con la rubia en varios aspectos: no se ha convertido en millonaria, pero tampoco se queja de lo que tiene; su presencia en la pantalla chica le ha dado un nombre reconocido por el que puede cobrar lo justo cuando le piden que anime un evento especial.

Como figura pública también recibe un tratamiento especial en todos los sitios que visita; sus dos restaurantes de comida peruana Chancay (ubicados en Curridabat y Escazú) son un "plus" en su galopante carrera.

"Quien diga que ser conocido no le ha dado beneficios, miente", aseguró esta bella mujer. En su casa, otro gallo canta, pues ahí ella es un ama de casa como cualquier otra: hace las compras, está pendiente de que su hogar esté limpio, la ropa acomodada, cuando puede cocina y hasta pone en orden los libros de contabilidad de sus negocios.

Quería otro bebé

En lo personal, Patricia Figueroa se define como una mujer plena y feliz, aunque admite que le habría gustado tener más de un hijo.

Paty es la feliz mamá de una hija única, Estefanía de 11 años.

"Los años se me fueron pasando sin que me diera cuenta y ahora que me aproximo a los 40 -tiene 37- no veo probable embarazarme, me da miedillo", reconoce.

Uno de los secretos para mantener su hogar de pie ha sido el equilibrio entre su familia y la profesión.

Buen ejemplo de esto es que todos los días va a recoger a su hija a la escuela y hace las tareas junto a ella.

Además, tiene por norma mantener los problemas personales fuera de la pantalla, tanto así que hace unos meses, cuando su pequeña sufrió el mal de púrpura (una enfermedad que se manifiesta con puntos púrpura en la piel y dolor articular) ella llevaba la procesión por dentro y sonreía al público que la sigue en las mañanas en la revista "Giros", de canal 6.

Su esposo Arnoldo ha sido un pilar fundamental en el éxito del que goza. Desde que se casaron, él ha compartido sus intereses, la acompaña siempre que puede a las actividades y las disfruta como ella.

La comunicación, asegura Paty, los mantiene unidos. Hoy, la tica-peruana está más feliz que nunca por cuanto, además de su esposo e hija, tiene a su lado a sus padres, Julio Figueroa y Olga Vásquez, quienes decidieron residir en Tiquicia.

El futuro no le quita el sueño a la bella Patricia Figueroa. Ella no se cuestiona ni le preocupa saber cuánto tiempo más le queda frente a la pantalla chica o si tendrá más o menos dinero que ahora, para esta popular presentadora lo importante es ser feliz.