San José Costa Rica. Edición del 12/marzo/2006. Ir a Al Día
 

Minor Freer, Residente Carlos María Ulloa

MacGyve de oro puro

Hace dos años y medio, llegó al asilo en busca de techo, después se convirtió en el apaga incendios de las religiosas

Neyssa M. CALVO ACHOY

Repara sillas de ruedas, tapiza muebles y hasta es el "enfermero" de sus compañeros en el asilo de ancianos Carlos María Ulloa, en Guadalupe.

Así es Minor Freer, uno más de los ciudadanos de oro que viven en ese lugar, donde la paz se respira en todos los rincones.

Precisamente, ese ambiente pacífico fue el que llevó a don Minor a tocar las puertas del Hogar, hace ya dos años y medio.

Ahí, le hace a todo y por eso no falta quien lo llame "MacGyver", pues se las ingenia para trabajar con lo que tenga a su alcance y ahorrarle gastos al Carlos María Ulloa.

Esa es su manera, dice, de agradecer el amor que le dan las monjas, quienes le enseñan que siempre hay tiempo para ayudar y reír.

Don Minor duerme en una pensión del Ulloa y durante el día se la pasa en su taller, reparando lo que le caiga en sus manos.

Ahí, lo acompañan dos canarios que chinea como si fueran sus hijos y, además, muchos ancianos se le acercan para tertuliar un rato.

"Todos necesitamos conversar y hacer cosas para sentirnos con vida", dice este emprendedor costarricense que ronda los 70 años.

Su habilidad para trabajar con las manos es natural, pues según cuenta nadie le enseñó el arte.

Don Minor pasó 30 años de su vida, en Los Ángeles, California, donde se desempeñó como diseñador de ropa; sin embargo, por situaciones personales, decidió regresar al país en el 2000.

Comenzar de nuevo no fue sencillo, por su edad, y por eso tuvo que cubrir sus gastos confeccionando gabachas y tapizando muebles.

Don Minor no le teme al trabajo. Se levanta a las 4 a.m., y se va derechito a su taller, se prepara un cafecito y se queda hasta tarde.

A él le gusta el cine y el teatro. Cada domingo se encarga de que sus compañeros rían mucho, ya sea viendo películas de antaño -como las de Cantinflas- o sacando de su viejo baúl sus títeres para montar obras de teatro.

Un comelón

Don Minor confiesa ser un goloso, aunque sabe que debe cuidarse del colesterol. Creció en los alrededores del Paseo Colón y el colegio María Auxiliadora. Tiene 4 hijos que viven en EE.UU.

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/ Róger Benavides Al Día

 
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