Cita con Arias en Rohrmoser

Tras iniciar diálogo, Solís dice sentirse engañado

TLC sigue diviéndolos, pero coincidieron en trabajar juntos en otros temas urgentes

Aunque salió triste y diciendo que Óscar Arias le hizo "una broma de mal gusto", en el tema del TLC, Ottón Solís aseguró sentirse alegre porque iniciaron el diálogo y hallaron coincidencias en muchas otras áreas.

Con un sabor agridulce, concluyó la primera cita, de 2 horas y 40 minutos, entre el presidente electo y el líder de la oposición, "amarrada" por John Biehl, amigo y exasesor de ambos.

Hubo humo blanco en la necesidad de instaurar la gobernabilidad, aumentar el porcentaje del gasto en educación, mejorar las calles y la seguridad.

Tema caliente

El apoyo al plan fiscal quedó prácticamente supeditado a que el Gobierno se comprometa con la austeridad, pero el punto de quiebra llegó al abordar la eventual renegociación del TLC.

Según Solís, llegó a la cita ilusionado porque, tras leer la carta de Arias, en que le proponía viajar a Washington con sus vicepresidentes "con el fin de explorar" la posibilidad de renegociar, entendió que había en el presidente electo un "deseo sincero" de renegociar el acuerdo.

Pero, tanto en la carta como ayer, Arias dejó claro que hasta donde entiende, el país solo tiene la opción de aprobarlo o rechazarlo, pues no hay interés de renegociarlo antes de su aprobación.

"Yo entendí que él tenía un deseo de renegociar el tratado y así pudiésemos caminar en otras agendas, pero hoy me he enterado de que la carta es como una broma. ¿A qué iba a ir a Washington? Hasta hoy entendí que la intención era que yo fuera a enterarme de que no se puede", dijo Solís.

De seguido, Arias aclaró que "eso no fue una broma, en absoluto. A mí me han dicho que no se puede renegociar y, por eso, pensé que tal vez a Ottón no se lo habían dicho, y que podría ir a oírlo del más alto nivel de Washington".

A Arias le sorprendió escuchar a Solís, el jueves, en CNN, decir que de su carta se desprendía que aquí no habría TLC, si no se renegociaba. "Eso no fue lo que quise decir", señaló Arias.

Aunque el líder del PAC anunció que, ni pasando primero la agenda complementaria, votarán el tratado a favor, y que intentarán convencer de su posición a todos los diputados, aclaró que las diferencias en torno al TLC no condicionarán el eventual apoyo de su partido a otros temas urgentes.

Eso puso optimista a Arias. "Estoy complacido porque pusimos las bases de un diálogo permanente sobre muchos temas", dijo Arias. "Fue una reunión franca, respetuosa e importante para seguir conversando. Si hay más cartas, veremos cómo las leemos", agregó Solís.

Pese a eso, tampoco se trataba de celebrar. Según Solís, no se tomaron el champagne que Arias anunció, en broma, que tenía listo. "Solo tomamos agua, un recurso hídrico que por cierto el TLC se llevaría de Costa Rica", indicó.

Pidiendo luz a La Negrita

Monseñor José Francisco Ulloa, obispo de Cartago, pidió ayer a La Negrita que ilumine al presidente electo y a su futuro gobierno. Como regalo, Arias le puso a la Virgen un escudo patrio, de oro, en su vestido y como obsequio recibió una réplica de La Negrita, con todo y resplandor dorado.

Arias seguirá buscando consejo en Biehl

Aunque, hace unos años, prestó oídos sordos a su consejo de que no debería volver a meterse en la política, Óscar Arias dijo ayer que podría seguir llamando a John Biehl "en algunos momentos para escuchar sus consejos siempre sabios".

El chileno, que participó en su campaña y diseño del Plan de Paz, y que asesoró a Ottón Solís en la campaña del 2002, puso a disposición la amistad con ambos para sentarlos a conversar.

Para los Arias, Biehl medió en calidad de amigo; para Solís, "está con el sombrero de la OEA (donde actualmente trabaja), preocu-pado por la gobernabilidad, pero todo se facilita porque es muy amigo mío".

Solís explicó que a principios de esta semana, al leer la carta de Arias, decidió que debían conversar, pues él así se lo pedía. "John fue fundamental para la logística de la cita", comentó.

Aclaró que habló con Biehl sobre el tema en Corcovado, pues ahí estaba de vacaciones "y no iba a suspender mi encuentro con las dantas, saínos, tepezcuintles, cocodrilos (...) si allá podía hacer ese proceso".