Persecución comenzó en la UCR y acabó en Cinco Esquinas, Tibás

Bajonazo, retención y arresto de asaltantes a la medianoche

Cuatro hombres interceptaron a conductor de microbús que iba a recoger trabajadores

Curridabat - "Habíamos terminado de cargar gasolina, cuando se nos atravesó un carro con las luces apagadas. De él se bajaron cuatro hombres armados y nos hicieron subir a la parte de atrás, donde empezó la pesadilla", comentó ayer un transportista apellidado Castrillo, de 33 años.

Después, él y su compañero lograron escaparse del vehículo donde estaban retenidos por dos de los delincuentes.

El bajonazo ocurrió antenoche, a las 11:35, en Cipreses de Curridabat, cuando Castrillo y un joven de apellido Madrigal, de 18 años, se dirigían hacia la empresa Hortifruti, de donde trasladarían hasta sus casas a unos trabajadores que salían a la medianoche.

Castrillo y Madrigal fueron encañonados por dos de los antisociales, y obligados a subirse a la parte trasera de un Toyota Corolla. Mientras tanto, los otros dos escapaban a gran velocidad en la microbús Hyundai, propiedad de Castrillo.

Así empezó la pesadilla de las víctimas, debido al grado de violencia que mostraron los asaltantes, en especial, el que iba en el asiento del acompañante, pues les comentó varias veces que los iba a matar, si no hacían caso.

Una acción valiente

Tras varios minutos de recorrido, el carro llegó hasta un costado de la UCR, donde uno de los retenidos levantó la cabeza, justo en el momento en que una patrulla de San Pedro efectuaba un recorrido, afirmó ayer Carlos Zúñiga Masís, jefe de esa delegación.

Ese hecho hizo que uno de los policías les hiciera la señal de alto, pero, en vez de parar, escaparon a toda velocidad. Eran las 11:45 p.m. pasadas.

A partir de ese momento, empezó una persecución que terminó hacia la medianoche en Cinco Esquinas de Tibás, luego de que el conductor del Toyota perdió el control y chocó contra las bases de una casa, no sin antes efectuar un salto de unos dos metros.

Luego de eso, Castrillo y Madrigal aprovecharon la oportunidad para escapar.

De inmediato, la policía detuvo a un hombre apellidado Díaz, de 20 años, y a un menor de edad, vecinos de la ciudadela León XIII.

Los otros dos delincuentes que escaparon en la microbús, siguen en fuga.

"Sentí que volví a nacer cuando terminó todo"

Asustado todavía, debido a que su vida estuvo en manos de un asaltante, el transportista Castrillo afirmó ayer que no dudó en levantar la cabeza, ya que le daba lo mismo que le dispararan, pues sabía que lo iban a matar.

"Me ponían un arma en la cabeza, y decían que nos iban a tirar donde siempre. Les dije que nos dejaran, y si no les bastaba con habernos robado el carro, el dinero y los celulares", comentó.

Agradeció a los policías que los ayudaron, aunque se quedó sin su vehículo.