San José Costa Rica. Edición del 12/noviembre/2006. Ir a Al Día
 

Alessandra Rampolla, Sexóloga

Una gata del sexo

De frente, sin vergüenza y de forma normal, así habla ella de los secretos de alcoba

Isaac Lobo

La reconocida sexóloga puertorriqueña Alessandra Rampolla, quien todos los días da consejos en radio Bésame (89.9 FM), a las 9 p.m., habló con VIP sobre cómo ve la sexualidad de los ticos y las curiosidades de su profesión.

A pesar de que se la pasa hablando de sexo, también en su programa “A tu manera”, que se transmite por Fox Life (antes estaba en el canal Cosmo), ella prefiere ser reservada al destapar su propia intimidad. ¿Le dará pena?

Amable, muy simpática y con voz tierna, Rampolla es toda una gata en el tema.

¿Por qué escogió una profesión tan inusual?

Esta profesión no es nada común. Si en Costa Rica no lo es, aquí, en Puerto Rico, menos. Para mí, el tema de la sexología ha sido una vocación; suena raro, pero así es, pues no fue algo que se me ocurriera de repente, porque en mi país no existen centros de instrucción en este tama. Imagínate que yo estudié literatura francesa.

¿Literatura francesa? ¿Eso qué tiene que ver con orgasmos y situaciones de cama?

En mi familia, es muy importante ir a la universidad, así que me fui a Nueva Orleans a los 17 años. En realidad, porque no estaba pensando en tener ninguna carrera. Una Navidad, en Puerto Rico, ya casi terminando los estudios, mi cuñado me dijo: “Alessandra, te graduarás en mayo, ¿en qué piensas trabajar?”. A mí ni me pasaba por la mente. Así que él me recomendó, en son de broma, dedicarme a la sexología, por cuanto yo siempre hablaba de sexo. En ese momento, todo se iluminó, salió música del cielo y me dije ¡por supuesto!

¿Alguien se ha escandalizado por algo que usted haya dicho?

Directamente conmigo no, mi experiencia ha sido positiva. Más bien, me dan las gracias por decir las cosas como son. No caigo en vulgaridades, mi lema es “que mi mamá no se avergüence”. Pero siempre hay gente que habla a mis espaldas.

¿Se gana bien trabajando de sexóloga?

Sí. Ahora gano muy bien, no tengo ninguna queja, creo que me pagan mejor que a otros sexólogos. Antes de trabajar en los medios, ganaba bien; sin embargo, aclaro, el dinero no es mi gran motivación.

¿Usted le saca provecho al sexo?

No es que me aproveche, no lo hago para ser famosa. El tema de la sexualidad afecta a las personas; no obstante, está tan cubierto de tabúes que yo trato de que la gente le pierda el miedo y lo disfrute.

¿Cuál es la consulta más frecuente que le hacen las personas?

Las he dividido en hombres y mujeres. Ellos hacen dos consultas clásicas: el tamaño del pene y la eyaculación precoz. Las mujeres preguntan cómo pueden llegar al orgasmo y por qué se pierde el deseo sexual.

¿Qué es lo más extraño que le han preguntado?

¿Extraño?, un montón de cosas. Por ejemplo, que si la ingesta regular de semen podría provocar caries. También me consultan que si masturbarse con una aspiradora tendría consecuencias. Más que extrañas, para mí, son creativas.

¿Preguntan cosas básicas?

Sí, es raro en un mundo que se dice muy informado. Mujeres casadas, con cuatro hijos, incluso, quieren saber qué es el clítoris y dónde está ubicado.

¿Le hacen consultas desde Costa Rica?

Sí. Fíjate que Costa Rica es de los países más conservadores para preguntar. Siempre los pongo de ejemplo. Los más lanzados son los argentinos. No sé si es la manera en que hablan los ticos, pero me da la impresión de que son muy correctos, muy de usted.

Empiezan pidiendo disculpas, y luego lanzan la consulta, me da la sensación de que les da mucha vergüenza; no obstante, se animan mucho a preguntar, y eso es una ventaja.

En un mundo de tanta información, ¿por qué la gente ignora tanto sobre sexo?

Hay una falta de educación sexual desde la niñez. En Latinoamérica, no existe en las escuelas. Ahora se vende con el sexo, se provoca con el sexo, se habla mucho, se cuentan chistes de doble sentido y la tele es muy audaz para usarlo, pero, a pesar de este panorama, no hay información.

¿La pornografía desvirtúa la realidad?

Sí, por la misma falta de educación. Si las personas fueran bien educadas, se darían cuenta de que las películas o revistas porno muestran una fantasía, no la realidad. No hay nada de malo en que vean ese material, que las parejas lo utilicen como herramienta y salpiquen la relación sexual, pero jamás piensen que todos los hombres deben tener un pene de 30 centímetros, ¡jamás! Olvídate, no existen así.

¿Aplica lo que predica?

En algunos casos sí, en otros no. Parte de mi entrenamiento como sexóloga fue, en su momento, replantearme muchas cosas propias, pues mi familia es muy conservadora y católica. Muchos dogmas de la sexualidad chocan con la religión. Cada persona debe revisar sus límites y parámetros, sin juzgar a los demás.

¿Pero le da curiosidad hacer algunas cosas?

No comento públicamente qué es lo que hago o no. Mi novio y yo –mi futuro marido, porque estoy comprometida– estamos muy cómodos con nuestra sexualidad. Cuando Alessandra Rampolla tiene intimidad, no es la sexóloga, es la mujer. Obviamente, tengo conocimientos, y ¡le saco provecho! (risas).

¿Una sexóloga es un as en la cama?

La gente se imagina muchas cosas. Yo me siento muy cómoda con mi propia sexualidad y no tengo problemas con ella, bueno, tengo 32 años, puede pasar mucho de aquí al futuro.

¿Tiene mucho sexo?

(Risas) Tengo justo la cantidad de sexo que me da placer y me hace feliz. Mi novio no tiene queja alguna.

¿Ha tenido una mala noche?

¡Por supuesto! ¿Quién no ha tenido malas noches? Sería mentirosa si digo que no.

Si el sexo fuera un partido de fútbol, ¿cuál es el mejor marcador?

Eso depende, no hay marcador perfecto, hay días en que 1 a 1 es perfecto, y otros en que 6 a 6 es genial. A veces, un 3 a 1 no importa. En el sexo, no hay perfección, pero sí mejoramiento, crecer y experimentar. Hay que tener fallas y aciertos.

¿Trabaja donde otros se divierten?

Si, y trabajo para que otros se diviertan.

Cuando trata a un eyaculador precoz, ¿termina rápido?

(Risas) Hay de todo. Me sorprende lo rápido que ellos aprenden qué tienen que hacer para controlarse.

¿En qué momentos el tamaño sí importa?

Bueno, creo que es mejor que un pene sea gordito que larguito.

¿Cómo debe ser un buen pene?

Como dice una amiga, el hombre debería tener tres penes: uno enorme para sexo oral, uno medianito para sexo vaginal y uno pequeñito para otros casos. Esto quiere decir que la gente encuentra el tamaño que más le sirve.

La reconocida sexóloga se cambió de canal. Con un nuevo formato, creó el programa “Alessandra a tu manera”, que se transmite por Fox Life, los lunes a las 10 p.m. La audiencia la sigue adonde sea que vaya.

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