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 Nacionales Miércoles 15 de noviembre, 2006, San José, Costa Rica.
 

Comerciante ruso ha evitado robos en sus negocios

“Soy un soldado viejo, hecho para morir en combate”

Alexandre Saltykov defiende empleados a balazos, pues le ha costado mucho lo que ha logrado

Carlos LÁSCAREZ S.

El comerciante ruso Alexandre Saltykov, de 53 años, quien ha defendido a sangre y fuego sus negocios y a los empleados, dijo ayer que decidió instalar una pequeña pulpería en la cochera de su casa, luego de que un hombre le faltó al respeto cuando intentó comprar una caja de leche, casi a la hora de cierre.

Saltykov nació en Moscú y sus primeros pasos los dio en la zona de Prolietavskiy, cerca de esa capital. A los 16 años empezó a trabajar como mecánico en la fábrica de camiones Zil, en la que estuvo dos años, para luego enrolarse en el Ejército, donde trabajó en la reparación de tanques blindados después de la II Guerra Mundial.

En ese entonces, ya revoloteaba en su cabeza la idea de no aceptar las reglas del socialismo, en el que todo era de todos y las posibilidades de crecer de forma individual carecían de sentido.

En 1982 fue enviado a trabajar a Nicaragua, donde por primera vez, según dijo, lo trataron como señor, mientras iba creciendo su admiración por la cultura latina, el idioma y el cariño de la gente.

Su trabajo lo llevó hasta Belgrado, Yugoslavia, donde compró un camión y se dedicó al transporte de equipos y repuestos para estaciones eléctricas.

“Los viajes eran de 6 mil kilómetros, ida y vuelta. Una vez me intentaron fusilar, pero les dije que, si lo hacían, se iban a quedar sin luz para ver televisión”, recordó Saltykov.

Agregó que, cuando llegó a Costa Rica hace 13 años, le extrañó el hecho de que los pasajeros de aquel vuelo aplaudieran y se abrazaran al regresar a su país.

Tras varios reveses en los negocios, instaló una pequeña pulpería en la cochera, donde laboraba hasta 18 horas diarias.

“Antes, los negocios cerraban a las 6 de la tarde, pero decidí cerrar a la medianoche. Todo comenzó cuando alguien me dijo: ‘Apúrele, coja lo que va comprar y salga’”.

Defiende empleados a bala

El negocio creció y Saltykov llegó a ser dueño de 3 minisupermercados, que lo llevaron a enfrentarse con varios asaltantes que fallecieron en el intento.

Las autoridades le atribuyen dos ladrones muertos en legítima defensa, que atentaron contra su hija y sus empleados. En ambos casos, un Juzgado Penal dictó sobreseimiento a su favor.

Esos enfrentamientos lo mandaron al hospital en julio del 2002, tras recibir ocho balazos.

“No quiero ser la vaca que la criminalidad ordeñe. En el momento crítico, no pienso en nada, sólo en defender a mis empleados, en su mayoría ticos”, comentó.

Agregó que se siente muy bien cuando le dicen: “Ruso, lo hacés bien enfrentando a los ladrones”.

La comida típica lo mata

Amante de las artes marciales, el gallo pinto y la chuleta encebollada, Alexandre Saltykov comentó que ya se siente como un tico más, debido a las muestras de cariño que recibe de sus clientes.

Además, aquí vio crecer a sus dos hijos y, en la actualidad, es abuelo de un niño de 3 años.

Sobre su conocimiento en armas, afirmó que, desde los 12 años, el Ejército los ponía a jugar con armas reales, pero sin municiones.

Agregó que, debido a las heridas de bala, tiene perforados los brazos y las piernas, pero que, gracias a una planta proporcionada por su hermano, puede mover los brazos.

Foto: 1419132
Alexandre Saltykov mostró ayer una de las partes donde las balas lo impactaron en el 2002, al defender su negocio.
José RIVERA

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