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 Sucesos Domingo 19 de noviembre, 2006, San José, Costa Rica.
 

Se cree que podría convertirse en la nueva Calle de La Amargura

Bares de La California generan discordia

Autoridades le ponen el ojo a los locales que incumplen las reglas y prometen mano dura para acabar con desórdenes y basura

Carlos LÁSCAREZ S.

La California- Lo que durante el día es un lugar tranquilo frecuentado por ejecutivos, personas que van hacia sus trabajos y estudiantes universitarios, los fines de semana se está transformando en desórdenes, aglomeración vial, suciedad en las calles y daños a propiedades y negocios.

Los problemas se originan en las inmediaciones del antiguo cine California y algunos puntos de Los Yoses, lugar donde se han instalado durante los últimos años varios bares, que aunque se encuentran a derecho, podrían desencadenar una serie de problemas de índole social.

Mal librados

Entre los sitios más dañados por desconocidos está el Museo de Arte, Espacios y Sonidos, las paredes de Fuerza y Luz y varios monumentos.

El principal temor de las autoridades, vecinos y comerciantes de la zona es que la situación se salga de control y provoque la llegada de expendedores de droga al lugar, así como pandillas, riñas y los piques entre vehículos, similar a como ocurrió en su momento en la Calle de La Amargura, en San Pedro.

Solo en 200 metros a la redonda, se ubican nueve bares de diferentes tamaños, géneros musicales y visitantes, lo que ha vuelto la zona en un punto de grandes congestionamientos viales, debido a que los conductores estacionan sus vehículos a la orilla e impiden el libre tránsito de personas.

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El riesgo a ser asaltado por algún indigente es latente para los universitarios.
Manuel Vega

Basta con efectuar un recorrido los sábados en la mañana para comprobar que los alrededores quedan repletos de basura, botellas y malos olores.

Otro aspecto negativo es el irrespeto a la propiedad privada, con los “grafitis” y la escritura de leyendas, así como la contaminación sónica y vehicular.

No se puede comparar

Según versión de administradores de bares, la zona de La Califiornia es tranquila y nunca ha registrado hechos tan violentos como los acontecidos en la Calle de La Amargura, donde han ocurrido desde balaceras hasta homicidios a sangre fría.

“En mis 17 años de tener el bar nunca he tenido que llamar a la policía por un pleito dentro de mi negocio. Además se le pide cédula a los visitantes y todas las bebidas tienen que ser consumidas dentro”, afirmó Rafael Sánchez, propietario de “Rafas” Bar.

Heiner Rodríguez, administrador del bar Tribal, aseguró que ellos se hacen responsables del comportamiento dentro de los locales, pero no lo que pase afuera.

Manuel Garro, director de la Policía Municipal, discrepa con el punto de vista de los comerciantes, al mencionar que algunos negocios están expendiendo licores a menores, en detrimento de la salud, el orden público y las buenas costumbres.

“Ya hay lugares que han sido sancionados con multas altas. La Municipalidad debe quitar las patentes a los negocios que violentan la ley”, afirmó Garro.

Varios vecinos comentaron que a altas horas de la noche no han podido dormir, ya que los carros ponen sus radios muy duro.

Pros y contras

La polémica por lo que ocurre en La California se viene dando desde hace varios meses.

Rafael Sánchez, Propietario ”Rafas” Bar

Hay súpers y licoreras cercanas que venden licor a menores. Es difícil controlar quién llega y se queda frente al bar”.

Manuel Garro, Jefe de Policía Municipal

Ahí se da la venta a menores sin control. Es excesiva la masificación de personas, lo que trae siempre problemas”.

Heiner Rodríguez, Administrador

Nosotros nos hacemos responsables del comportamiento dentro de los locales, pero no de lo que pase afuera”.

Se pintó, pero tres días después estaba peor

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No es la entrada a la casa de los sustos, sino a una tienda de colchones.
Herbert ARLEY

De nada vale pintar: A esa conclusión llegaron los propietarios de una venta de colchones, situada cerca de la antigua estación de trenes al Pacífico, luego de que sus limpias paredes se convirtieron, de la noche a la mañana, en pizarra y mural de grafitis.

Asimismo, debieron colocar cortinas metálicas, ya que el sitio se convirtió en un orinal público, afirmaron empleados.

Por si fuera poco, los candados han sido el blanco de varios indeseables, quienes hacen sus necesidades sobre ellos.

Debido a eso, han tenido que optar por lavar las inmediaciones cada sábado y domingo, debido a que el olor es casi incontrolable.

Los propietarios del lugar recordaron que la situación más crítica la vivieron a mediados de año, durante el pasado Mundial de Fútbol (Alemania 2006), cuando en pleno día debieron quitar, sin miramientos, a varios jóvenes ebrios de las ventanas.

En una de las entradas hasta pusieron con lapicero la leyenda: “Parqueo a ¢500”. Los propietarios creen que eso es muy reprochable.

“Tiraron pedradas y robaron macetas”

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Utilizan piedras para quebrar vidrios en el Museo de Formas.

Otro de los sitios que ha sufrido los embates del vandalismo y el exceso de consumo de licor, ha sido el Museo de Formas, Espacios y Sonidos en La California.

De acuerdo al oficial de seguridad José Fallas Céspedes, durante las madrugadas han tenido que correr a cientos de jóvenes que toman las gradas del museo como bar.

“Muchos se sientan concervezas como si nada. Hace unos días encontré a un joven haciendo varios dibujos con un spray. Hasta se han enojado porque uno los corre”, dijo. Asimismo, meses atrás, tres vidrios de la entrada principal fueron quebrados, luego de que alguien lanzó unas enormes piedras, que recorrieron unos 20 metros. El último hecho delictivo ocurrió la madrugada del jueves, cuando encontraron que cuatro grandes macetas, que adornaban la entrada, fueron levantadas y quebradas sin razón aparente, por varios hombres que se bajaron de un carro.

También encontraron varias puertas forzadas y botellas de cualquier tipo de bebida. “Lo primero que hay que hacer, al llegar cada fin de semana, es juntar el desorden que aquí amanece. Se ha pedido la colaboración de la policía, pero lo cierto es que no aparecen”, comentó Ligia Marín, boletera del Museo de Espacios.

Foto: 1422841
El movimiento de adultos y universitarios fue constante la madrugada del viernes, detrás del antiguo California.
Alexánder Otárola

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