San José Costa Rica. Edición del 26/noviembre/2006. Ir a Al Día
 

Gerardo Montiel, delegado de Costa Rica

El “doc” de las mujeres

Fue elegido miembro de la Federación Internacional de Ginecología donde luchará contra la mortalidad materna

Neyssa M. Calvo Achoy

Los pasillos del Hospital de las Mujeres son sus dominios desde hace 19 años y en ellos confirma día a día que por sus venas circula la pasión por la medicina.

Este sentimiento impulsó su carrera hasta convertirlo hoy en el primer costarricense que representa al país en el consejo de la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia.

Fue nombrado delegado el 8 de noviembre durante el congreso mundial de ginecología, en Malasia.

Dice que la gente le pregunta “¿Qué gana Costa Rica con ese puesto?”. Su respuesta es simple: Aumentar la calidad y complejidad de los tratamientos en Centro América y que el país aporte su grano de arena en proyectos para todos.

Por el momento, ya sabe en cuáles áreas enfocará sus baterías con el trabajo que hará en la federación:

1. Bajar la mortalidad materna a nivel de latinoamericano.

2. Mejorar la salud reproductiva de la mujer, en donde incluye anticonceptivos y enfermedades de transmisión sexual.

3. Luchar por la detección temprana del cáncer del cuello del útero.

Su norte siempre ha estado muy claro, pero tampoco le ha temblado el pulso para hacer un alto en el camino y cambiar el rumbo que creía era mejor.

Por ejemplo, cuando se graduó como doctor de la Universidad de Costa Rica, no fue en ginecología sino en medicina forense. Incluso fue doctor del departamento de medicina legal del Organismo de Investigación Judicial.

Ahí trabajó tres años y al cabo de ese tiempo se dio cuenta que “topaba con techo”. Por esto, a la edad de 31 decide empezar de nuevo, pero esta vez con la idea de ayudar a la mujer y a sus bebés, para que nazcan fuertes y sanos.

Empezó en el Hospital San Juan de Dios y buscó por aquí y por allá hasta que logró entrar al Hospital de las Mujeres, antigua Maternidad Carit, en 1987.

Cuatro años después lo nombran como subjefe del servicio de ginecología y a los cinco años asume la jefatura.

En ese tiempo luchó por mejorar la atención a las mujeres y no solo focalizarse en la consulta prenatal.

Por ejemplo, insistió en ofrecer cirugías ambulatorias, bajar las listas de espera, dar más capacitación al personal y dar alternativas –como la cirugía– para tratar enfermedades.

Una por otra

Su nuevo puesto

como delegado de Costa Rica en la Federación Internacional de Ginecología trae consigo mucho sacrificio para él y su familia, en especial porque tendrá que viajar los fines de semana porque de lunes a viernes está en el hospital. Su esposa Dalila, con quien tiene 29 años casado, será quizás quien más lo resienta, pues ambos son deportistas y hasta han participado en maratones juntos. Pero así es la vida, dice el doctor, que está seguro de que el fruto será bueno.

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Foto: Herbert Arley /Al Día