Fito Páez, cantante y compositor

Todo cabe en 43 minutos

Presenta su nuevo disco “El mundo cabe en una canción”

Mechudo y con esa apariencia de “me importa poco lo que piensan”, que lo caracteriza, el cantautor argentino Rodolfo “Fito” Páez sube al escenario para mostrar su más reciente producción disquera “El mundo cabe en una canción”.

Según ha dicho, este disco –que es el número 18 de su carrera– “nace primero como una música, después pude escuchar qué me quería decir esa música, qué había allí dentro y así llegué a la letra”.

Son 43 minutos de sonidos en 12 canciones originales compuestas y producidas todas por Páez, excepto “Fue por amor”, de la que solo hizo la letra.

El tema central del disco es “Eso que llevas ahí”, y está dedicado a la música de Charly García y Mercedes Sosa, según el mismo Fito ha dicho.

A esta creación la acompañan “La hora del destino”, que cuenta la historia de una pareja que sale a robar y “Caminando por Rosario”, la que cierra su disco y relata un viaje romántico por su ciudad natal.

El álbum fue grabado entre los meses de junio y julio de 2006 y ya está en una gira promocional, que lo llevó a México esta semana.

Para las sesiones de grabación del disco este músico, oriundo de las tierras del Rosario, en Argentina, se rodeo de viejos amigos: Guillermo Vadalá, en el bajo, Gabriel Carámbula y Coki Debernardi, en las guitarras y Pete Thomas, le ayudó con la batería.

Páez invitó también a su amiga Claudia Puyó para cantar el tema “La casa de las estrellas”.

Con el lanzamiento de este disco, el cantautor espera seguir cosechando más éxitos en su carrera musical, y enamorando cada vez más fans en toda Latinoamérica.

En 20 años de carrera como solista y 15 álbumes originales a cuestas, Fito es considerado uno de los artistas cuya música y nombre es sinónimo no sólo del “rock nacional”, sino también de la música popular argentina y latina. A la fecha ha vendido más de tres millones de producciones.

La gente cercana a él es testigo de cómo la creatividad es algo que lo acompaña cuando se levanta, se acuesta y come, todos los días.

Los músicos que siguen sus pasos se preguntan ¿Cómo logra vivir en ese estado de permanente creación? Y él a esa pregunta responde diciendo: “Es lo único que sé hacer: estar encerrado en una habitación con un piano y escribir y escribir. Lo demás viene solo”, según publicó la revista Nueva en su página electrónica.

Su vida pasa frente a sus ojos, entre viajes, escenarios que según dice ama, y una cantidad de proyectos, cocinándose uno tras otro. Sin embargo, cuando vuelve a su querida Argentina logra un respiro y tener “días normales” que dedica por completo sus hijos Margarita y Martín, a quienes adjudica su felicidad. De mujeres se dice y se desdice, pues aunque sigue casado con Romina Ricci, nadie sabe si aún están juntos. Ahorita, la música y sus hijos son sus únicos amores comprobados.