Desde mi espejo
Acerca de Billy Elliot y el fútbol Haydée de Lev, actriz
Años atrás, tuve ocasión de ver la excelente película inglesa “Billy Elliot”.
La historia es conmovedora y, por si usted no la ha visto, le cuento que se desarrolla en un pueblo donde los hombres trabajan en la mina del lugar.
La mamá de Billy ha muerto, y el niño vive con su abuela, su hermano y su padre. Pero el chico lleva la danza en la sangre y la directora de la academia de ballet clásico del pueblo, al hacerle una prueba, se interesa por desarrollar las excepcionales condiciones de Billy.
Y, a pesar de ser el único varón en la academia, su fortísima vocación le hace soportar la hostilidad familiar, las burlas de los otros niños y del pueblo en general.
Su inquebrantable voluntad le hace superar todos los obstáculos y convence a su padre para que lo acompañe a hacer la prueba decisiva en Londres.
Finalmente, llega la carta en que le comunican que ha sido aceptado y becado durante toda su carrera.
En la escena final, se ve a Billy, ya un joven, salir a escena interpretando un personaje protagónico en “El lago de los cisnes”, donde todos son bailarines varones, mientras a su padre le corren por el rostro lágrimas de orgullo y amor.
Y usted ¿permitiría que su hijo estudiara danza clásica, si esa fuera su vocación, o se lo prohibiría y lo metería a la fuerza en una de las ligas menores de fútbol?
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