San José Costa Rica. Edición del 29/octubre/2006. Ir a Al Día
 

Jazmín Zúñiga, Chica Arenas 2006

Escultura de caramelo

Su bronceado es 100 por ciento natural, y se cuida la piel con broza de café

Neyssa Calvo Achoy

Con apenas 17 años, Jazmín Zúñiga se convirtió en la Chica Arenas el domingo pasado.

Con el título, hizo realidad su sueño de niña: ser modelo y sentir el flash de las cámaras a su paso por la pasarela.

Tiene unos ojos que brillan como chispas, una sonrisa dulce y un cuerpo que parece haber sido barnizado con caramelo, por lo bronceado de su piel.

Eso sí, asegura que es 100 por ciento natural, certificado por su mamá, doña Mireya, quien asegura que el color viene de familia.

A pesar de que los genes la beneficiaron, confiesa que le da un empujoncito a la madre natura escápandose a la playa, para dorarse un poquito más con algún bronceador.

También se vale de cremas hidratantes para cuidar esa piel color caramelo, y tenerla suave y fresca.

Cuenta que cada vez que se ducha, se da masajes durante 10 ó 15 minutos para que la piel absorba la crema totalmente.

Su mejor secreto (y que pocos conocen) es que le encanta usar broza de café una o dos veces al mes, como exfoliante natural.

A ella le da excelentes resultados, pues la piel le queda tan tersa y suavecita que parece la de un recién nacido.

Mantenerse delgada es algo que no descuida, porque está muy relacionado con su sueño de ser modelo; sin embargo, la tarea no es tan simple. Una vez a la semana, comete un pecado: saborear un buen postre.

Su mejor aliado para darle guerra a los kilos de más es dedicar unas dos o tres horas diarias a los ejercicios.

Y si por alguna razón no puede ir al gimnasio que está cerca de su casa en San Pablo de Heredia, sale a correr o andar en bicicleta.

Cumiche

Tiene el cabello castaño oscuro, pesa 54 kilos y mide 1,69.

Es la menor de dos hermanos. Cursa el quinto año en el colegio Santa María de Guadalupe, en Santo Domingo de Heredia.

El primero de noviembre, se enfrentará a las pruebas nacionales. Aunque se siente segura, le teme un poquito a la de “mate”.

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Manuel Vega /Al Día