Puntarenas le mete 3-0 en el Morera Soto

La Liga está cocinada

¡Y ahora le toca ir al Lito Pérez! casi eliminada en cuartos de final de UNCAF

Ya lo decíamos ayer: ¡A la Liga se le meten hasta la cocina de su casa!

Nos referíamos a un cuadro que no ha dado a respetar su casa en el campeonato nacional (con tan solo un triunfo, al lado de un empate y dos derrotas en el Morera).

Anoche ni siquiera pudo levantarse con dos penales -uno de ellos regalado- que le hubiese significado el 1-1.

¡La jarana sale cara! decíamos en tiempos de carajillos, cada vez que en la mejenga el otro equipo sacaba ventaja de una injusticia.

Quizás usted recuerde aquella frase; si no, le bastará con lo sucedido en el Morera Soto, ese penal que la Liga no pudo anotar. Me refiero al segundo lanzado por Carlos Hernández, justo después de que el arquero Orio le atajara el primero penal y el árbitro ordenara repetirlo.

Se movió el guardameta antes de tiempo -pareció indicar el guardalínea- pero ni en la repetición en cámara lenta queda clara la falta. ¡La jarana sale cara! y Hernández voló su segundo intento.

La Liga se había propuesto irse encima de Puntarenas desde el inicio del juego. Y lo hizo. Pero si el colombiano Carlos Salazar no logró definir en su mano con el arquero Orio, sí lo consiguió el porteño Mario Camacho cuando encaró a Ricardo González, para bajarle los bríos al cuadro de casa apenas a los 16 minutos de juego.

De nuevo la Liga falló en la salida. Un mal pase en el inicio de un ataque, dejó el balón en los botines del menos indicado -Kurt Bernard-. Su pase al espacio vacío permitió la escapada de Camacho y su definición.

Ya no es casualidad, ni la buena definición de Camacho, ni los regalos de la Liga al momento de salir jugando. Si no, pregúntenle a Herediano. Puntarenas de seguro vio el juego y presionó la salida manuda (el segundo y tercer gol, también fueron robos de pelota).

Aunque después de recibir el primer gol la Liga tomó la pelota y la iniciativa, su dominio no generó muchas opciones claras de gol. El ingreso de cambio de Wílmer López no hizo más que confirmar la posesión de balón alajuelense, pero sin cambiar la historia.

Puntarenas, en cambio, aprovechó para dar la estocada.