Cuatro años con más pena que gloria

Castro en las “ vacas flacas ”

Después de brillar en Corea-Japón 2002, se ha levantado de una para caer en otra

Se congeló año y medio en Rusia, chocó con los dirigentes de la Fedefútbol, pasó sin brillo por la selección de Sampson, Guimaraes lo dejó fuera de la suya, se perdió el Mundial y ahora, cuando al menos era titular fijo en la Liga, lo echan por indisciplina.

Son las penas, más grandes que las glorias, vividas por Carlos Castro en los últimos cuatro años, después de haber sido uno de los mejores de la Tricolor en el Mundial de Japón y Corea 2002.

Todo parece iniciar con su partida a inicios del 2003, al Rubin Kazam de Rusia, donde padeció desde el clima hasta el idioma, además de la pérdida casi total de ritmo, durante año y medio sin mayor participación.

“Antes del Mundial 2002 las cosas me salieron como yo quería. Luego me fui a Rusia y vino un bajonazo. Afectó el rendimiento”, aceptó en su momento Castro.

Indiscutible en la banda izquierda de la Tricolor, poco a poco se fue alejando de ella. Primero tuvo un roce con la dirigencia nacional, por errores de coordinación que lo dejaron fuera de un fogueo en Sudáfrica, en octubre del 2003. Aunque volvería a la Selección, con Sampson, no logró consolidar el puesto ni ir al Mundial.