Eduardo Pavéz, bailarín

Un chileno con corazón tico

Llegó al país siguiendo un amor y descubrió que podía dejar una huella en esta tierra, por lo que formó un grupo de danza folclórica

Eduardo Pavéz, un bailarín chileno con tan solo dos meses de vivir en suelo tico, ya sueña con formar una compañía de danza folclórica latinoamericana radicada en Costa Rica.

Desea que los niños crezcan abrazando y disfrutando el baile no solo del país donde nacieron, sino también de todos los latinos. Está convencido que con eso no solo ampliará el bagaje cultural de pequeños y grandes sino que también que logrará limar asperezas en las fronteras.

Cupido lo flechó

Gracias a la música y al baile, Eduardo también conoció a la que hoy es su compañera, una joven tica de la que se enamoró en julio del 2006, mientras estaban en Colombia.

Fue ella, dice Pavéz, quien le mostró el folclor nacional y lo hizo comprender que hay que explotar ese tesoro aún más.

Y es que Eduardo sabe cómo hacerlo, pues integró el ballet folclórico chileno por espacio de 12 años.

Con ese grupo, de mucho prestigio en su país, logró conocer a grandes bailarines y visitar Latinoamérica, Europa y Suramérica, entre otros.

Todo lo que aprendió en esos años, asegura, quiere compartirlo y por ello puso a caminar un proyecto de danza folclórica donde niños, jóvenes y adultos costarricenses conozcan la riqueza artística de toda la región.

Él pretende que sus alumnos terminen los cursos no solo conociendo la historia de los países latinos sino también el movimiento de los bailes más populares de cada región. Es decir, que sepan bailar el Jarabe Tapatío mexicano o una chacarena de Argentina.

Quiere enseñar –con emoción en sus palabras– cómo la gente puede diferenciar una falda típica, independientemente del país, ya sea que se mueve de una u otra manera.

Es simplemente, afirma, sentir el amor que tiene la música.

En sus clases habla sobre el folclor que está vivo en Argentina, Chile, Perú, Venezuela, Bolivia, Colombia, México y finaliza con broche de oro con un paseo por la historia de nuestro país.

Y cierra su curso enseñando a los estudiantes a disfrutar del folclor nacional y digiriendo cada uno de los párrafos de canciones tan conocidas como Ticas Lindas.

Pavéz sueña con que sus alumnos lleguen a ser miembros de la compañía de danza folclórica latinoamericana que desea fundar. También le abre las puertas a los bailarines ya consolidados de Costa Rica que deseen unirse y ser parte de esta historia.