Vetusto edificio envuelto en polémica por plan Municipal
En la era del e-mail, el Correo vale oro
90 años después de su creación, sigue siendo centro receptor y transmisor de cartas, telegramas, paquetes y faxes Alejandro Arley Vargas aarley@aldia.co.cr
En medio del vértigo de Internet, donde un mensaje viaja al fin del mundo en un segundo, el edificio central de Correos, inaugurado en octubre de 1917, es centro candente de polémica.
La Municipalidad de San José quiere mudarse a este inmueble, pero enfrenta feroz resistencia.
“El mensajero”
En lo más alto de las torres norte y sur del Correo, está la imagen de Hermes, el mensajero de los dioses en la mitología griega.
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Y aunque esta joya arquitectónica aún luce majestuosa e imponente en pleno centro de la capital, la amenazan el abandono, la contaminación y el deterioro.
A veces llegan cartas...
En tiempos del e-mail, la experiencia de enviar una carta en este edificio, es única. Es lunes y me consuela mirar personas que, de puño y letra, envían saludos a sus familiares o amigos en el país o en el extranjero.
Ver cómo pesan el sobre, compran las estampillas, las pegan y luego depositan la carta en la ranura, es una sensación que no experimentaba desde mis años en el colegio.
Gracias al ingenio de administraciones anteriores, las columnas griegas, arcos romanos y detalles de estilo neoclásico o barroco, hoy se mezclan con paredes de “plywood”, cables sueltos y varios tipos de pisos en los salones.
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Todas las mañanas, los carteros llegan a organizar las cartas y documentos que deben llevar a casas y oficinas. Manuel Vega
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Los fuertes gritos de los vendedores de tarjetas telefónicas en el bulevar se ahogan con la calma del Museo Filatélico que se ubica en el segundo piso desde hace 22 años.
18 carteros en una de las oficinas se empunchan haciendo sus “volados” (rutas) y llenando sus bolsos de estados de cuenta y recibos que, según cuentan, es ahora lo que más distribuyen.
En compañía de Freddy Protti, ingeniero de Correos de Costa Rica, descubro los rincones de “El Señor de las Cartas”. Una angosta escalera de caracol lleva a una especie de tercer piso, justo detrás de los Ángeles que afuera custodian el Correo.
Ante mis ojos: toneladas de concreto y hasta los rieles de ferrocarril que se usaron como vigas en la construcción.
Un oscuro acceso al techo deja ver de frente la hermosa torre sur del edificio y de pronto el vértigo gana cuando se ven los oficinas del Banco Nacional tan cerca en un día despejado.
Es media mañana y en el vestíbulo aumenta el movimiento. La gente envía faxes, telegramas, invitaciones o hasta paquetes.
No todos saben que en el viejo edificio, los servicios ya no son como los del siglo XIX y ahora tienen hasta “courier” (envíos rápidos de paquetería), encomiendas postales y una oficina filatélica para los “fiebres de las estampillas”.
“Le escribo a mi hermana”
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Don Arsenio prefiere las cartas de puño y letra. Manuel Vega
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Los ¢180 colones que pagó son suficientes para que, en cuestión de días, su hermana que vive en Huesca, España, reciba noticias suyas.
Arsenio Herrer, de 80 años, mes a mes, lleva la carta al correo de Puntarenas, pero el miércoles aprovechó su visita a San José para enviarla desde el viejo edificio central de Correos.
“Me gusta aquí, se ve bonito. Aunque hay facilidades de computación, prefiero las cartas a la antigua, así, con mi letra y todo”, comentó.
Herrer se nacionalizó costarricense hace 48 años y su hermana Carmen es la única que sobrevive de la familia. “Siempre le llegan las cartas”, dijo.
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El rostro de Juan Pablo
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Estampillas europeas son parte de la colección. Manuel Vega
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Desde la estampilla con el rostro de Juan Pablo II hasta la primera que se usó en Costa Rica están en el Museo Filatélico.
En los salones hay fotografías del Correo de principios del siglo XX, telégrafos, teléfonos de magneto y cientos de estampillas de países como Inglaterra (cuna del sello postal) Japón, Mongolia, China, Italia, Francia, España y, por supuesto, las costarricenses.
El Museo fue creado en diciembre de 1985 y está abierto al público de lunes a viernes en el segundo piso del Correo. El horario de atención es de 8 a.m. a 5 p.m.
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“No se está cayendo, pero se deteriora”
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Tiene daños en el repello e instalación eléctrica. Manuel Vega
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Atender el colapso del sistema eléctrico y las tuberías, reparar los daños en el repello y madera, así como luchar contra la misma gente que raya las paredes o hasta orinan en ellas, son parte de los retos que Correos de Costa Rica tiene para preservar el edificio.
Sandra Quirós, encargada de la Dirección de Patrimonio Histórico del Ministerio de Cultura, aseguró que la consultoría que se hizo en la administración anterior determinó que el edificio “no tiene daños estructurales que lo pongan en peligro”. “No se va a caer, porque es un edificio tremendamente fuerte, pero se deteriora la ornamentación”, dijo.
Los ¢300 millones que había disponibles para los trabajos están en una especie de congelador, a la espera de que se vuelvan a licitar los trabajos y se resuelva la situación con la Municipalidad de San José. El ingeniero Freddy Protti aseguró que la gente no le ha dado al edificio el verdadero valor que tiene. “Es triste ver cómo lo rayan, le pegan toda clase de cosas y afuera hasta heces se encuentran”.
“Muchas personas tiran basura en los respiraderos y los sótanos se ensucian, además de que quebraron las estructuras”, añadió.
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Historia de la reliquia
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Así era hace seis décadas. Reproducción Alejandro Arley
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7 de agosto de 1914
Se firma el contrato de construcción con la compañía The English Construction Co. Ltd. por la suma de 27.114 libras esterlinas (¢28 millones al tipo de cambio actual).
Octubre de 1917
Concluyen las obras de construcción del edificio destinado a la oficina de Correos y Telégrafos.
Entre 1945 y 1965
Se techó primero el jardín que había en el ala norte y posteriormente en la sur.
Años 70
Construyeron pisos temporales para oficinas, abrieron puertas donde no las había, instalaron cables eléctricos y telefónicos detrás de paredes de plywood y cambiaron los pisos.
14 de octubre de 1980
Se declaró el edificio Reliquia de Valor Histórico y Arquitectónico.
1990
Pintaron la fachada con el color verde que tiene ahora. Se iniciaron los trabajos para recuperar las áreas del vestíbulo.
2002-2007
Se contrata una consultoría para determinar las necesidades ue tiene el edificio. Actualmente, hay una polémica por un posible traslado al Concejo de San José.
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El edificio de Correos es simétrico, está hecho de concreto armado, tiene 78 metros de frente y 30 de fondo. Su área de construcción es de 4.055 metros cuadrados. Del piso a la parte superior de las torres de los extremos, hay una altura de 17,5 metros. Herbert Arley
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El Correo tiene escaleras de caracol muy angostas. Esta lleva al techo. Manuel Vega
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El interior de la fachada principal deja ver la estructura de concreto armado. Manuel Vega
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