San José Costa Rica. Edición del 29/abril/2007. Ir a Al Día
 

Jim Batres, experto en rescate de la Cruz Roja

Salvavidas en acción

“Para ser voluntario hay que tener vocación y querer cumplir un sueño”

Neyssa M. Calvo Achoy

Las tierras de San Isidro de Heredia son conocidas para Jim Batres, pues lo vieron crecer y le enseñaron que lo suyo es salvar vidas.

Desde muy chico era el “médico” de la casa, y recuerda que era su nariz la que se asomaba para ver lo que sucedía cuando había que hacer curaciones, aunque fuera poner una curita .

En el Liceo de San Isidro de Heredia, donde sacó el bachillerato, fue parte de los grupos de primeros auxilios y en los últimos años de estudio se convirtió en voluntario de la Cruz Roja de la comunidad.

Al principio, cuenta, solo iba dos noches a la semana y según dice eran interminables para él, porque había mucha acción.

Recuerda que en una noche salía hasta siete veces para cubrir emergencias.

¿Qué se atendía? Desde un accidente de tránsito, hasta nacimientos.

Jamás olvidará que fue a finales de 1985 cuando empezó a trabajar como voluntario y atendió su primer parto en la ambulancia.

“Al llegar al hospital estábamos tan contentos los socorristas que no sabían quien era el papá (sonríe)”.

Curiosamente, ese niño fue atendido por Batres ocho años después, por una caída.

Conforme pasaron los años, las tareas de este paramédicos fueron creciendo: desde 1993 trabaja en la Benemérita de San José y eso lo ha hecho acumular experiencia.

Sabe muy bien manejar materiales peligrosos, andar por la montaña y cómo salvar la vida de alguien atrapado en un vehículo, por ejemplo.

Y es que no es egoísta con lo que ha aprendido en 22 años de carrera, pues desde hace 15 años entrena personal para enfrentar rescates.

Han sido más de 20 años de lucha, pues ha tenido que enfrentar el dolor de un herido, la urgencia de llegar a tiempo al hospital y que no pueda pasar la ambulancia por los vehículos en la carretera y más aún por el sacrificio de tiempo al que ha sido expuesta su familia.

Confiesa que se trabaja con amor si de por medio hay una mezcla de pasión, vocación y grandes deseos de cumplir sueños.

Ahora sus dos hijos, Christiellen, de 7 años, y Josué, de 4 años, ya siguen sus pasos.

En la calle

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Una vez que Jim Batres atiende una llamada de emergencia, en la sede de la Cruz Roja, en San José, y por su mente pasa no solo la incertidumbre de saber a qué se enfrentarán, sino también si el hospital recibirá el paciente sin contratiempos.

Adelantarse a los hechos es tan importante para él como la capacitación.

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Manuel Vega Q. /Al Día