Luis Emilio Merlo
Payaso con estilo
“Soy encargado de la felicidad de la gente, pero no soy culpable de sus problemas” Neyssa Calvo Achoy
De pequeño, Emilio Merlo jamás se imaginó al crecer sería el responsable de hacer reír a la gente, al ponerse un traje de payaso.
De hecho, él le tenía miedo a los “payasos”, como todavía se le conoce a la “Giganta”, “El Diablo” y a otros personajes que suelen salir en los turnos y con chilillo en mano.
En su casa
“Merlo”, conocido así en el ambiente artístico, le cuenta más sobre él y sus servicios en la página de Internet: www.merlo.galeon.com
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Se enamoró de su profesión cuando aún era muy joven y conoció a quien considera un maestro: Juan Cortés, conocido como el payaso “Colocho”. De eso hace ya 14 años.
Poco a poco se fue metiendo en el espectáculo, enfrentando a su propia familia, que al principio no creían que eso llegaría a ser su sustento.
Su carrera la hizo en escuelas en Chile y Perú y trabajó para la compañía del Paraguas Rojo y para el Parque Nacional de Diversiones.
En la actualidad, Merlo ha sabido ganarse un espacio entre los que con una nariz roja se encargan –como él dice– de la felicidad de la gente, sin que sea el responsable de sus problemas (ríe).
Su deseo de superación lo ha llevado a abrirse camino poco a poco no solo en el país sino en el exterior.
Recientemente fue invitado para participar en un programa de televisión infantil en El Salvador y a impartir un taller en Guatemala sobre técnicas para ser un “payaso clown”.
Este es un concepto diferente, dice Merlo, pues no se recurre al disfraz ni al maquillaje para crear al personaje sino a la actuación, y es muy divertido.
Hacer reír a otros no es tarea sencilla, pues no todos se apuntan al vacilón. Además, a criterio de este singular josefino, no todos llevan en el corazón el arte de ser un verdadero payaso.
¿Cuál es el secreto? Simplemente ser uno mismo y “no hacerse el payaso”.
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