San José Costa Rica. Edición del 23/diciembre/2007. Ir a Al Día
   

Colacho en vísperas de Nochebuena

“Quieren muchas bicicletas”

Con el pasar de los años Santa cuenta que los niños se han vuelto más despiertos y versátiles

Ileana Vargas

Mañana por la noche Colacho tiene la misión de entregar millones de regalos a todos los niños del mundo y el único requisito para que este personaje navideño llegue hasta su casa es creer en él.

Aunque en estas fechas El Colacho Coca Cola tiene mucho trabajo en su taller, ubicado en el Polo Norte, sacó unas cuantas horas para visitar a las familias costarricenses.

“Las reacciones de los niños son muy diversas, hay algunos que llegan corriendo y me abrazan hay otros que de repente se privan porque no imaginaban encontrarse conmigo tan cerca y solo así se dan cuenta que sí soy real”, dijo Santa.

Antes de cada Nochebuena, Santa (con ayuda de los papás) selecciona los obsequios más indicados para los chiquitines de la casa.

Santa contó que los juguetes más solicitados este año son las bicicletas pero que de forma individual las niñas siempre prefieren las muñecas mientras que los niños piden bolas y carros.

Aunque relató, con risa bonachona, que en los últimos años ha recibido cartas muy diferentes.

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Alexánder Otárola /Al Día

“Depende mucho de la edad, pero ahora me ha tocado encontrarme con niños mucho más versátiles y más despiertos. Antes pedían decenas de juguetes, ahora seleccionan aparatos electrónicos y video juegos”, narró Santa sorprendido por la moda entre los pequeños.

Con sus grandes ojos azules, Colacho manifestó que ha conversado con muchas niñas de 9 años que quieren computadoras, un guardarropa especial y hasta maquillaje como regalo de Navidad.

Y como en Santa hasta los adultos creen, en una ocasión cuenta Colacho que una mujer se le acercó para pedirle que hiciera regresar a su esposo, que se había ido a trabajar a Estados Unidos y que desde hacía mucho tiempo no tenía noticias de él.

“Me siento afortunado que con el poder de un abrazo pueda reconfortar a una persona que necesita apoyo, porque tiene algún tipo de problema”, expresó el regordete hombre, satisfecho de su labor.

Para prolongar eternamente el espíritu navideño, Santa le pide ayuda a los adultos.

“Si las personas pueden creer en mí, ya sea por una tradición o creencia infantil, de repente eso puede convertirse en una gran esperanza para un ser humano”, valoró el hombre de barba blanca.

Antes de despedirse, Santa le pidió a los niños que le dejen leche y galletas cerca del arbolito, porque con esto él tiene la energía suficiente para concluir su viaje por todo el mundo.

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Alexánder Otárola /Al Día