Saprissa se coronó Tricampéon

Manicomio morado

A los morados les llegó el Niño y como regalo les trajo el título 26 en el fútbol nacional

A los morados les llegó el Niño. El regalo de Noche Buena apareció por adelantado y no a la orilla de la cama como todavía sucede con muchos pequeños, sino ahí, al pie de la gramilla sintética.

Ahí donde Jeaustin levantaba las manos en señal de victoria, Try y Alonso se abrazaban y los aficionados coreaban el “Tri”.

Ese fue el regalazo para los saprissistas, el tricampeonato, el que no festejaban desde los años setentas, el que ayer saborearon tras deshojar a la “margarita”.

Sí, los florenses llegaron como invitados, pero se convirtieron en el “Pato de la fiesta”.

Los rojiamarillos quisieron, ingresaron a revertir el 2 a 0, pero se toparon a un cuadro tibaseño con alma de campeón, un plantel dispuesto a amarrar el cetro, con deseos de darle a la afición una alegría más, 26 alegrías.

La primera satisfacción llegó muy temprano, apenas a los dos minutos, cuando Try sacó un trallazo y le bajó la ilusión a los florenses. Leñazo y “Triqui, Triqui”, corrió pelando los dientes, seguro no sabía que rumbo tomar, hasta que lo alcanzaron sus compañeros y se hicieron uno para festejar el 1 a 0 a los dos minutos.

De nuevo apareció el clásico “ahí, ahí, ahí está el campeón”, de los saprissistas en las gradas, quienes reían, saltaban y se abrazaban, aunque quizá muchos de ellos ni siquiera se conocían.

La locura se apoderó de los capitalinos, quienes empezaron a disfrutar con el juguete nuevo.

El Ricardo Saprissa se convirtió en un manicomio, fue una locura cuando las redes florenses volvieron a abombarse, de nuevo por autogol, esta vez del defensa José Villalobos Chan.

Ahí fue apague y cierre la puerta, aunque Herediano terminó con las botas puestas. Lo demás usted ya lo conoce o lo vivió. Un gol de Angulo, empate de Félix y llegó el pitazo final. Los morados, gritaron, bailaron y cantaron: “palo, palo, palo bonito, palo eeh, somos campeones otra vez”.