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En Los Cuadros, Guadalupe Asesinado tras posponer operación para ver nacer a hijo “Polaco” iba a ser tratado de emergencia debido a un peligroso mal cardiaco Rodolfo MARTÍNrmartin@aldia.co.cr Un “polaco”, quien pospuso una urgente operación de corazón –de la cual prácticamente dependía su vida– para ver el nacimiento de su primogénito hace 12 días, murió ayer asesinado durante un asalto en Los Cuadros de Guadalupe. La víctima, de 43 años, respondía al nombre de Stanley Salazar Salazar, un comerciante de pantalones y también de prendas íntimas de mujer. La Fuerza Pública de Goicoechea detuvo a dos jóvenes, de apellidos Araya y Arroyo, como sospechosos. Ambos quedaron a las órdenes del OIJ. Salazar había sido programado hace un mes para entrar al quirófano, porque tenía obstruidas dos arterias del corazón, lo cual podía llevarlo a la muerte en cualquier momento, recordó ayer su esposa Susana Araya. Tenían dos años de casados. “Sin embargo, ante lo riesgoso de la operación, pospuso la intervención porque quería estar seguro de presenciar el nacimiento de nuestro primer hijo”, agregó la viuda. El niño, a quien bautizarán Kalef Stanley, nació hace nueve días, afirmó ayer Araya. Doña Susana aseguró que su esposo estaba “vuelto loco” con el chiquito. Salazar fue baleado cuando acababa de bajarse de su auto, un Toyota Starlet color gris, para recoger un pago, en una casa ubicada en un sector de Los Cuadros conocido como “Altamira”. Los desconocidos le habrían disparado en al menos tres ocasiones, de acuerdo con los casquillos aparecidos al lado del auto. “Es probable que lo ultimaran con una nueve milímetros”, informó una fuente policial que no quiso ser identificada. Hasta hace un mes, Salazar atendía su actividad a pie y, para lo cual guardaba la mercadería en un maletín. “Antes nada le había pasado, pero bastó que hace un mes comprara el carro para que hoy (ayer para los lectores) lo mataran”, expresó su esposa. Él se vio precisado a comprar el carro debido a la insuficiencia cardiaca, que lo cansaba y le dificultaba caminar. “Tuvo miedo de morir por un infarto, pero murió asesinado”, suspiró afligida la viuda.
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