Así es la vida

¿Es usted un jamonero vial?

La semana pasada iniciamos con el repaso de los especímenes de la carretera, culpables de nuestra masacre vial.

Continuemos.

Uno muy popular es el “telefonista del volante”. Es aquel que siente que el carro es una especie de cabina telefónica y que nada más al subirse comienza a hablar por celular y sin “manos libres”. Por supuesto, ni conduce bien, ni habla bien por teléfono.

También tenemos al “patán motorizado”. Aquel que con un volante en la mano, olvida las más elementales reglas de cortesía y de convivencia humana. Jamás cederán el paso a otro. Si ven que alguien necesita cambiar de carril se hacen los que no ven para no dar campo. O sea, son los “odiosos de la carretera”. Estos son parientes cercanos de “los jamoneros”.

Son aquellos que se aprovechan del tamaño de su vehículo para imponerse a los demás, no cederles el paso y atravesarles el vehículo para cambiar de carril o rebasarlos. En esto, aunque existen sus excepciones, destacan los traileros y choferes de bus. Pero no son los únicos, pues se trata de una pirámide de abusos. El del trailer se jamonea al del bus; el del bus al 4X4 y éste, a su vez, a los automóviles más pequeños que, por su parte, se jamonean a las motos y bicicletas. Y entre todos se jamonean a los peatones.

Y, finalmente, el más detestable de todos: el “tanque lleno”. Aquel que siempre conduce “full” de licor. O sea “tapis”. Es el clásico que, cuando se toma un trago, automáticamente se convierte en Supermán. Para él, el tema del chofer designado es para conductores poco varoniles. Al contrario, entre más tomen, mejores choferes son. Son muy queridos por los periodistas de sucesos, pues les hacen más fácil su trabajo.

¿Se ha identificado con alguno de estos especímenes? Quizá es hora de cambiar y montarnos en el carro de la vida.