Desde mi espejo
Mi esposa no trabaja Haydée de Lev, actriz
En una conversación entre amigos, uno de ellos contó que su esposa se desempeñaba como abogada y el otro dijo que la de él no trabajaba.
Días después, cuando este último llegó a su casa, después del trabajo, encontró a sus tres hijos jugando en el jardín en pijamas, sucios de barro y rodeados por cajas vacías de comida rápida a domicilio. La puerta del frente estaba abierta. La lámpara de la sala estaba rota y la alfombra arrollada y apoyada en la pared.
Además, el televisor estaba encendido a todo volumen con un programa para niños, y el piso lleno de juguetes y ropas desparramadas. El fregadero estaba desbordando de platos, había restos del desayuno en la mesa, la refrigeradora estaba abierta y había comida del perro en el suelo.
Asustado, subió corriendo las escaleras, esquivando juguetes y ropa sucia. ¿Le habrá pasado algo a mi mujer?, pensó.
En el baño había toallas en la bañera llena, jabón por todas partes mezclado con pasta dental y el rollo de papel higiénico en el lavatorio, empapado. Al entrar en el dormitorio, encontró a su esposa aún en pijama, viendo televisión. Ella lo miró sonriendo y le preguntó cómo había estado su día.
Él la miró furioso y le preguntó por qué diablos la casa estaba en ese estado de desastre. Ella sonrió y dijo: “Todos los días, cuando regresas de tu trabajo, me preguntas qué es lo que he hecho el día entero metida en la casa. Pues bien, hoy no hice nada”.
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