Elizabeyh Taylor, actriz

A sus 75 años sigue reinando

La diva de Hollywood es una sobreviviente de la fama, las enfermedades y principalmente de sus amantes

Con sus ojos verde esmeralda y su mirada apasionada, Elizabeth Taylor dominó la pantalla grande entre la década de los 40 y los 70. A los 25 años ya era una diva y hoy a pocos días de haber cumplido 75 años, aún lo sigue siendo.

Quién se iba a imaginar que la hija de un comerciante de antigüedades y una actriz venida a menos sería una de las estrellas más luminosas de Hollywood. Claro que parte de este brillo se lo debe a su madre, Sara, quien se empeñó en pasear a su retoño por todas las audiciones posibles.

El trabajo dio fruto y a los 9 años Elizabeth fue contratada por los estudios Universal.

Ahí empezó una carrera como pocas en aquella tierra. Junto a una gran lista de películas ha tenido una de amores y otra mucho más grave: la de enfermedades.

A los 75 años a vencido la insuficiencia cardiaca, la pulmonía, fracturas de espalda, dos reemplazos de cadera y un tumor cerebral.

¿Muchas, verdad? Pero ella parece haberse acostumbrado bien a todas, ya que desde muy pequeña parecía estar propensa a visitar el hospital.

Nació con escoleosis y a lo largo de su vida tuvo varios accidentes en el plató. Uno de ellos, por ejemplo, se dio filmando “Lassie” (1946) . Ahí el caballo que montaba la tiró al suelo y le pisó el pie.

Lo anterior sin contar su adicción a la bebida, la que superó como todos los males alojados en su cuerpo.

Liz es de las últimas divas del viejo Hollywood, la cual se mantiene con una lucidez y ubicación extraordinaria.

Ya quisieran muchas “estrellitas” de paquete lucir como la Taylor.

Ella es dueña de su vida y contrario al estereotipo de la bella y tonta, ella es una dama muy inteligente.

Tanto es así que Elizabeth le dio su adhesión a la senadora Hillary Clinton, contribuyendo económicamente en su campaña presidencial.

Elizabeth disfruta de su gloria pasada pero no vive de ella. Está consciente de que los años pasaron y atrás quedó su diminuta cintura. Por eso en una entrevista el año pasado no tuvo reparo al decir que “jamás sufrirá de hambre”.

“Disfruto de la comida y de los placeres”, anunciaba ella al dejar en el aire una crítica a sus colegas que dejan de comer por lucir pequeñas tallas.

Trata de continuar activa pero más interna en su mundo. Actualmente dedica las horas a la confección de joyas y reaparece cuando considera que debe hacerlo, nada más.

Elizabeth Taylor es en resumen la verdadera y única soberana de la realeza hollywoodense. Una dinastía que ha venido en detrimento en los últimos años con figurines salidos de catálogos.

Elizabeth Rosemond es una mujer completa, que cree en el amor –nos extrañaría si no–, es amiga de sus amigos (como Michael Jackson), lucha contra el SIDA, tiene su estrella en el Paseo de la Fama y aún mejor, una en el corazón de miles de fanáticos en todo el mundo.

Siempre casada Ocho son suficientes De fiesta El 27 de febrero celebró su cumpleaños con sus cuatro hijos, en Las Vegas. Foto: AFP Uno de sus primeros amantes fue el futbolista Glen Davis. Su primer marido fue Conrad Hilton, se casó a los 18 años pero permaneció a penas un año con él. El siguiente en la lista fue Stanley Doonen; con él no se casó. Volvió al altar en 1952 del brazo del actor británico Michael Wilding. Tras cinco años y dos hijos se divorciaron. Al productor Michael Todd le dio el si en el 57. Murió al año y ella quedó viuda y con otra hija. A los seis meses se unió al cantante Eddie Fisher. Se casaron en el 59 y se divorciaron en 1964. Fue en ese año que su amor llegó: Richard Burton. Con él se casó dos veces (64 y 75). Tras un mundo de problemas y una hija, se dijeron adiós. Al senador John Warner se lo ligó en 1976 y tras vivir un infierno se divorció en el 82. Su último marido fue Larry Fortensky, durante cinco años (91-96).