Portada Nacionales Sucesos Ovación Farándula Vivir Hoy Internacionales VIP Foro Galería Escríbanos Pura Vida | ||||
|
Paraíso caribeño Donde el tiempo se detiene es Tortuguero Solo se puede llegar en bote a ese rincón del Caribe tan apacible y lleno de vida a la vez Antonio ALFAROanalfaro@aldia.co.cr Tortuguero, Limón. - El tiempo se detiene en Tortuguero. No pasa, descansa, se acuesta en los canales, apacible, cálido, rodeado de verdor, con densa vegetación, el bosque tropical lluvioso, la flora y fauna más variada de nuestro país, según dicen los libros de texto, que difícilmente podrían describir la sensación de estar ahí, viendo la vida pasar justo en frente de las Lagunas de Tortuguero, ese enorme canal. “Aquí los días deben ser eternos”, comenta con evidente placer un turista español, cerveza en mano, recostado sobre la ventana del bar La Culebra, construido al borde del agua, justo a la orilla del río Tortuguero. El local, todo de madera, tiene una puerta que da al río, con una grada apenas por encima del agua, por donde ingresan quienes llegan en lancha. Solo el paso de los botes nos recuerda que el tiempo en realidad no se detuvo en aquel rincón del Caribe, con su particular ritmo, tan lejano al congestionamiento vial de las ciudades. Al frente asoman los canales, que serpentean entre la selva, deleite de los turistas, en su mayoría foráneos. “El 95 por ciento de los que van a Tortuguero pueden ser extranjeros”, estimó Yuri, el guía turístico de la excursión en la que tomamos parte 17 personas, una familia de cinco chilenos con una tica, dos españoles, tres damas portuguesas, una pareja de ingleses, una estadounidense con su pequeño hijo, un matrimonio de costarricenses y este mortal. Habíamos llegado en bote, como llegan todos los visitantes, los pobladores, el arroz, los frijoles... sin más caminos que ríos, nosotros por el Parísmina y luego por el canal de Tortuguero, un recorrido de hora y media desde que la buseta llegó a su límite, en el embarcadero Caño Blanco. Una vez en Tortuguero, hay que olvidarse del mundo. Los periódicos llegan a las 5 p.m., según me dijeron, y ni los mejores hoteles suelen ofrecer televisor en sus habitaciones. ¡¿Para qué tele’?! Quizás para ver el juego Real Madrid-Bayern Munich, por la Liga de Campeones, un juego que, fiebre del fútbol y sin haberme despojado del todo de mi habitual labor como periodista deportivo, me senté a ver por unos minutos en un rancho del hotel, con el único televisor que había visto. No tardé, sin embargo, en abandonarlo, llegada la hora del primer recorrido por los canales. En cinco minutos, el bote se había internado en aguas turbias, verdes, por momentos brillantes, según el reflejo de sol, espejos que reflejan, casi a la perfección, los lirios de agua, los arbustos y hasta los grandes árboles que se estiran en la vereda. De pronto, el guía pide que se apague el motor del bote... Ha visto algún animal, ¡una nutria! recibiendo sol sobre un tronco tendido. Despacio nos acercamos, y ella se dejó ver como lo harían luego las tortugas de río, los pequeños caimanes, un cocodrilo, las aves acuáticas, la garza tigre que, de repente, alzó para recordarnos que el tiempo no se había detenido...
|
|
Portada
Nacionales
Sucesos
Ovación
Farándula
Vivir Hoy
Internacionales
VIP
Foro Galería Contáctenos Pura Vida |
© 2007. Periódico Al Día. El contenido de aldia.co.cr no puede ser reproducido, transmitido ni distribuido total o parcialmente sin la autorización previa y por escrito del Periódico Al Día. Si usted necesita mayor información o brindar recomendaciones, escriba a webmaster@aldia.co.cr . |