Verónica González Miss Costa Rica 2007

Orotinense con sabor a manzana, triunfo y revancha

La nueva Miss Costa Rica ha sido reina en su tierra, y se desquitó en su segunda participación en este certamen

Su corazón estaba acelerado. No sabíamos si por la carrera que tuvo que echar para desplazarse del Auditorio Nacional, en el Museo de los Niños, al área de la biblioteca, para atender a la prensa, o porque aún no se creía lo que le sucedió el viernes en la noche.

Un poco más relajada y sentada en un confortable sillón, Verónica González Quesada conversó de su triunfo, minutos después de colocar sobre su cabeza la corona de Miss Costa Rica 2007.

En una de las ediciones más reñidas que se recuerden, y después de superar una pregunta extra para desempatar la elección, la hermosa morena de 24 años compartió su victoria con nosotros.

¿Qué pasó por su mente cuando el presentador Édgar Silva anunció el empate?

Me dije: ¿Qué pasó? Nos tomó a todos por sorpresa; nunca me lo imaginé. Yo creo que es la primera vez que se da un empate en todas las ediciones de Miss Costa Rica, pero bueno, quedará para la historia. Costó, pero estoy aquí.

La ronda de preguntas siempre es el “talón de Aquiles” de las candidatas. ¿Se puso nerviosa en algún momento?

La verdad, me sentí bastante preparada en las preguntas. Vino la primera, creo que lo hice bien, y di una opinión muy personal. Vino la segunda, que por cierto no me acuerdo, pero me fue bien; y luego la de educación, que sí me pareció bastante fácil. Dios me dio mucha tranquilidad, y no sé cómo hice para no llorar al final.

¿Es oriunda de Orotina o del Valle Central?

Un poquito de los dos. Mis papás son de Belén y luego se fueron para Orotina. Yo me fui de colada (dice entre risas). Toda mi escuela y colegio fue allá. Hoy, vivo en Belén, pero soy muy orotinense.

¿De qué forma se preparó para este certamen?

Fue un proceso muy largo, que va más allá de los dos meses que tuvimos de entrenamiento. Le puedo decir que empecé cuando fui Señorita Orotina, en la Feria de las Frutas del 2002, y luego cuando estuve en Miss Costa Rica en el 2004. Es un proceso de años, y ahora Dios me dio una segunda oportunidad.

¿Qué la motivó a ingresar de nuevo al concurso?

Fue algo mío. La primera vez no tenía la madurez suficiente para participar. Sinceramente, quería vivirlo de nuevo. Ahora que tenía un poco más de experiencia con concursos internacionales, pensé que era buen momento.

Entonces, ¿este triunfo tiene sabor a revancha?

Sí, porque no cualquier persona tiene el valor de decir: ‘voy a hacerlo de nuevo’, aunque eso se preste para recibir críticas y comentarios negativos.

Ahora tiene dos coronas, ¿cierto?

Sí, también soy la actual Reina Mundial del Banano, que lo gané a finales del año pasado en Ecuador.

Mide 1,68. ¿Se rompió eso de que solo ganaban las altas?

Creo que ya ese paradigma de que la mujer de 1,80 para arriba gane, se está acabando. De cierta forma, doy esperanza de que no solo la mujer alta tiene derecho a llevarse esta corona.

¿Es usted toda natural?

Sí. Me siento muy orgullosa, pues obtuve la corona con los atributos que Dios me dio.

Repasemos otros detalles de su vida. ¿Qué estudia?

Tengo un bachillerato en salud ambiental, y estoy estudiando inglés, porque lo tengo que perfeccionar.

¿Cómo disfruta sus ratos libres?

(Suspira) Bueno, en realidad, paso más tiempo dedicada al estudio y al modelaje, pero me encanta la natación, el fútbol y el papifútbol. Los he tenido que dejar un poquito por los moretes en las piernas. Esto de “Miss” tiene sus sacrificios. Yo era muy mejenguera. Ahora es que no me dejan.

Como buena orotinense, si la comparamos con una fruta, ¿cuál sería y por qué?

(Se ríe unos segundos y contesta). Una manzana. Es como la fruta prohibida, la del paraíso y, de cierta manera, es la representante de la mujer que todos quieren, pero que muy pocos llegan a obtener. Es como esa fruta exótica.

¿Irá a la Feria de las Frutas?, empiezan este jueves.

Espero ir, ahí comencé. Ese fue mi debut en los concursos.

Destellos de la noche La pasarela en traje de baño fue, como siempre, una de las mayores atracciones. Verónica (izquierda) mostró sus 88-60-90, para un puntaje de 9.58. Durante los comerciales, alguien del público le lanzó un piropo bonito a Mariamalia Jacobo, y Édgar Silva, advirtiéndole, dijo: “aquí está su esposo”. Debi Nova demostró por qué pegó en los Estados Unidos, y, durante su “show”, vimos al jurado quedar totalmente “hipnotizado” por su calidad artística. Andreína Chaves le puso emoción al reinado, cuando le dio batalla a Verónica. Ambas lucieron preciosas con sus trajes de gala, minutos antes del desempate.