Sillas, la salonera, golpes... un homicidio

La noche del 21 de marzo de 1987 cambió la vida de Roque Di Leoni Badilla y significó el fin de la de Leonardo Chacón Mussap, un egresado de la carrera de Derecho, de 33 años.

Según consta en la sentencia del 30 de junio de 1989, Leonardo se encontraba con varios amigos en un turno, en San Francisco de Dos Ríos.

Di Leoni llegó al lugar en compañía de varias personas, entre ellas, su esposa Julieta Calderón, su hijo Francisco y un amigo de apellido Pereira.

A eso de las 10 p.m., Pereira pateó una silla del local. Ana Lorena Soto, una salonera, recriminó al hombre por su actitud. Calderón reaccionó y ofendió a la salonera.

El hecho llamó la atención de Leonardo y sus compañeros, quienes comentaron al respecto. Esto enfureció al hijo de Di Leoni, que increpó a Leonardo para que no se inmiscuyera.

Tras un insulto de Francisco, Leonardo lo golpeó en el ojo izquierdo y le provocó una hemorragia. Ante el incidente, Di Leoni le dijo a Leonardo que volvería armado.

Di Leoni se marchó con el grupo que le acompañaba, dejó a varios personas y recogió en su casa un revólver 38. Por su parte, Pereira tomó una escopeta.

Calderón, Di Leoni y Pereira volvieron al turno. Aproximadamente a las 10:30 de la noche, Calderón descendió del carro junto con Di Leoni, se acercó a Leonardo, lo señaló y le dijo a su esposo: “Este es el que le pegó a Francisco, pare, mátelo”.

Di Leoni lo apuntó con el revólver. Un amigo de Leonardo, de apellido González, trató de disuadirlo, mientras Leonardo huía entre las mesas. Calderón insistía en que lo matara. Di Leoni evadió a González, persiguió a Leonardo y, a una distancia aproximada de nueve metros, le disparó.

El proyectil impactó a Leonardo en la región lumbar, y le laceró el hígado, el diafragma y el corazón. La víctima se desplomó. Cuando varias personas desarmaron a Di Leoni, Pereira disparó al aire. Di Leoni y compañía quisieron marcharse, pero la gente no los dejó hasta que llegó la policía.