San José Costa Rica. Edición del 25/marzo/2007. Ir a Al Día
 

Verónica González, Miss Costa Rica

Dulce revancha

Venció todos su miedos y decidió probar de nuevo. La reina cuenta los secretos que usó para llevarse la corona esta vez

Isaac Lobo

Dicen que solo quien conoció la derrota sabe muy bien lo que es el triunfo. Por eso, nadie puede quitarle la felicidad que en estos momentos siente Verónica González, quien es la actual Miss Costa Rica.

Ella, inmadura, más temerosa e inocente, intentó llevarse este título en el 2004 y no lo logró, ahí sintió en primera fila lo que es la amargura. En esa ocasión, lejos de sentirse desanimada, “Vero” confió en sus atributos y siguió adelante, hasta lograrlo tres años después.

Foto Flotante: 1544616

Ahora el sentimiento es pura felicidad, esa que no le cabe en su pecho. Como dicen, la segunda fue la vencida, pero con esfuerzo.

Con sus actos, es modelo de constancia y tesón, nunca se dejó llevar por quienes trataron de minizarla y hacerla sentir menos, sobre todo cuando le criticaban que no es muy alta.

En la web

Busque las mejores fotos de la Miss Costa Rica 2007 en nuestra página.

“Antes de intentarlo de nuevo lo pensé, porque a como hay gente que me apoyó, hubo mucha que decía: ‘Pobrecita esa, si no gana ¡qué vergüenza!’”

“Lo que me pasó a mí es un ejemplo de que los sueños se pueden alcanzar si uno quiere y se lo propone”, comenta González.

Ahora ella, con la mirada muy en alto, luciendo una figura torneada, hermosa, morena y de curvas pronunciadas, trabaja más fuerte porque en mayo representará a Costa Rica en Miss Universo.

“Voy a darlo todo, no quiero venir después diciendo ‘lástima que no hice tal cosa, tal vez tendría que haber hecho esto’, no... voy con la meta de dejar huella”, comenta.

Trabaja fuerte en el gimnasio y en los masajes estéticos que le hace una tía, para evitar la incómoda celulitis.

No hace mucho, aunque parece increíble creerlo por su elegancia, ella correteaba por Limonal de Orotina, con las piernas llenas de cicatrices, como trofeos de sus aventuras, con el pelo enmarañado que produce el vivir libre en el campo.

La ahora “Miss” no olvida sus orígenes y los valores familiares inculcados en un hogar unido, que produjeron en ella un corazón sencillo, que se colma de belleza y desborda en cada una de sus palabras.

Foto Flotante: 1546799

No desanimarse

“Es un sueño llevar esta corona, pero también es algo que yo vengo trabajando por mucho tiempo. Es un orgullo, porque muy pocas mujeres lo han logrado, pero también eso lo convierte en una responsabilidad, porque soy la embajadora de un país”, comenta Verónica, a quien le brillan los ojos de alegría.

Ella los tiene muy verdes, como esmeraldas, es que se le ponen así cuando siente felicidad; son miel cuando está tranquila y se le tornan cafés cuando está triste.

Es por eso que hace tres años tenía los ojos color vainilla, cuando no logró ni siquiera estar entre las tres finalistas. Tenía a un oponente muy fuerte, Nancy Soto, quien logró llegar muy alto en Miss Universo.

“Nancy tiene una estatura impresionante, comparada conmigo yo me veía muy enanita, todo eso me generaba inseguridad, además mucha gente me decía, ‘No, usted es muy pequeña, usted no puede’. Por dicha ahora aprendí a no hacerle caso a eso”.

La noche de la elección, hace tres años, era un día después de su cumpleaños, el 23 de febrero. Tan solo tenía 21 años y no le cayó muy bien el regalo que le dio el destino.

En esa ocasión lloró, pero lejos de caer en depresiones siguió hacia adelante.

“No me sentí tan mal, porque Nancy logró estar de sexta a nivel mundial, así que me satisface haber perdido con una gran rival. En esa ocasión sabía que no era para mí”.

Pero los malos recuerdos quedaron en el pasado, pues sacó lo bueno de lo malo.

“Ahora siento mucha alegría, porque me costó esta corona. Antes era más niña, no asimilaba bien el perder y me faltaba experiencia.”

Sus secretos

“El pecado principal es que a veces uno se siente inseguro, estar frente a un público no es fácil, en un escenario grande, lleno de luces, a veces uno se puede perder y da temor”.

En esta segunda oportunidad no fue así, ella se mentalizó y llegó como favorita, pues ya era conocida.

Empezó a foguearse en concursos internacionales (y ganó varios), perfeccionó el modelaje fotográfico, aprendió a lucirse sobre el escenario y ser más segura.

Verónica quiso ser el centro de atracción del Miss Costa Rica 2007. “Yo me dije: me quiero lucir, quiero hacer sentir a Verónica González en esa pasarela, que todo el mundo la vuelva a ver y dar un sentimiento ‘¡Qué mujer más bonita!’”

Explica que la pasión fue su arma secreta, pues a veces las respuestas de las candidatas parecen ser las mismas que dan los jugadores de fútbol, ensayadas, cajoneras y vacías.

“Si usted le pone corazón a lo que hace, lo que transmite, hasta la respuesta más cajonera suena bonita e impresiona”.

Una ganadora

Su lema:

Las tres “Ce” para dar buenas respuestas al jurado: “Cortas, claras y concisas”.

Sus títulos

Reina de la fruta en el 2002. Señorita Alajuela en el 2003. Miss Mundo Latino en el 2004. Reina Mundial del Banano en el 2006 y ahora Miss Costa Rica 2007.

Sus dos familias

Sus padres viven en Limonal de Orotina, pero su familia es originaria de San Joaquín de Flores. Ella vive con sus abuelos mientras estudia salud ambiental.

Su príncipe azul:

“Jala” con el modelo Isaac Solís.

Foto: 1544354
José Rivera / Al Día

Foto: 1546813
Juguetona.
5 años.

Foto: 1546809
Kinder.
Tenía 6 años.

Foto: 1546808
Primera comunión
en Orotina.

Foto: 1546804
Sus adoraciones:
su madre Lucrecia Quesada y su padre Juan Domingo González.Rolando Avilés

Foto: 1546798
Un ejemplo:
Fue entrevistada hace una semana por una niña de la escuela de Orotina. Rolando Avilés